Innovaciones
Soy de la generación llamada Baby Boomers porque nací entre 1946 y 1964. Nací en diciembre de 1963, y la verdad somos una generación sumamente privilegiada...
Soy de la generación llamada Baby Boomers porque nací entre 1946 y 1964. Nací en diciembre de 1963, y la verdad somos una generación sumamente privilegiada por los cambios que hemos vivido.
Las innovaciones electrónicas, la tecnología latente en cualquier lado y con los cambios que esto conlleva.
A mi hija Diana le tocó un buen rato ver sus películas en VHS y ya no le tocó el formato Beta, nosotros vimos el nacimiento de la telefonía celular (que ahora yo le llamaría de otra forma, porque la gente lo último que hace es hablar), llegó a nosotros la palabra ergonómico para muchas cosas, somos la generación del mínimo esfuerzo, arreglando todo con un “push”, y no creo que falte mucho en que podamos usar este control remoto que vimos nacer hasta para callar a algún miembro incómodo en una conversación áspera.
Recuerdo haber acompañado a mi papá a comprar un apagador de paso que conectó a una extensión que él hizo para apagar la televisión.
Este estaba acomodado en la cabecera de su cama. Teníamos que encender la televisión de manera normal y ya cuando la noche llamaba y ameritaba el descanso, simplemente el interruptor cortaba la corriente y a dormir.
Mis hijos no se explican el que nos turnáramos para cambiar de canal, subir o bajar el volumen o realizar algún ajuste al aparato de televisión, que los discos se rompieran o se rayaran, o que cambiáramos de la consola o tornamesa la aguja que se había averiado y ya no leía correctamente los discos, dejando una lluvia de gis sonoro a su paso.
Recuerdo que al trabajar para Yamaha de México me asombraba yo de los nuevos modelos de órgano, diciendo siempre que sería difícil que innovaran más allá de lo que nos estaban presentando, hasta que un buen amigo, el señor Komatsu me dijo: No te preocupes, que el año que viene, y el próximo, y el que sigue, y hasta siempre, veremos más y más innovaciones, por una simple razón, mientras ustedes duermen siempre habrá un japonés inventando o innovando cosas.
En su momento me dio risa, pero ahora es una realidad, y todos los días recuerdo este comentario. Pues disfrutemos la tecnología y aprendamos que en este rubros los excesos también son malos. Hasta la próxima semana.