Lo que se juega en la elección
La frase no es nueva, se repite proceso a proceso y quienes echan mano de ella...
La frase no es nueva, se repite proceso a proceso y quienes echan mano de ella son casi siempre políticos, claro está, dependiendo de su circunstancia, porque los triunfadores siempre afirman que ganar en las urnas es el refrendo ciudadano a los buenos gobiernos de su respectivo partido; pero cuando pierden, la derrota se la atribuyen a infinidad de factores, casi nunca relacionados con el acto de gobernar; pero digámoslo tal cual, en este 2019 no sólo se renovará el Congreso quintanarroense, también se ratificará el apoyo a la visión de gobierno que los ciudadanos prefieren.
Ciertamente, en los procesos electorales confluyen infinidad de factores que mueven a los ciudadanos a las urnas o los detienen para mantenerse en el abstencionismo: Campañas con propuestas, de contraste, análisis del entorno, el más reciente hecho público que lleve al votante a aprobar o desaprobar a sus gobiernos y partido, hechos extraordinarios de violencia y, por supuesto, la dádiva tan recurrida; pero en el momento de marcar la boleta, en esos microsegundos, todo puede cambiar y la incertidumbre es amplia, el elector puede modificar el sentido del sufragio, aun después de haber sostenido una postura durante meses.
Pero en el ámbito de los candidatos, de los partidos y los buscadores del poder en general las posibilidades son sólo dos: ser seleccionado o no por el votante, que el proyecto, la visión de gobierno, el futuro prometido y las acciones sugeridas para transformar las sociedades sean elegidas por encima de la dádiva, de las campañas de contraste y, en esa tesitura, no es un despropósito aseverar que el triunfador puede serlo por muchas razones, pero el perdedor simplemente no logró convencer o mantener la confianza del electorado.
Quien decide participar asume las reglas establecidas, las puede modificar, pero una vez que esta ha concluido; luego entonces, estamos a menos de tres semanas de iniciar la competencia formal, el 15 de abril comienzan las campañas electorales que concluirán el 29 de mayo, y en ellas se confrontarán dos, acaso tres, visiones de gobierno: la del PAN-PRD-PES y Morena-PVE-PT con su “Cuarta Transformación Republicana”, y la tercera será la que presente Movimiento Ciudadano, que compite solo (de Confianza Por Quintana Roo y Movimiento Auténtico Social poco puede decirse, el primero nació ligado al “oficialismo” y el segundo…pues ahí está).
En la colaboración anterior, el escribiente destacó justamente que los actores en competencia preparan ya sus discursos de campaña, todos enarbolando los defectos y fallas del contrincante, sin que se observen de fondo propuestas de transformación social, pues a la XVI Legislatura local le tocará cogobernar con la administración estatal y los once gobiernos municipales, y aunque es evidente que al final construirán una mayoría legislativa para darle rumbo a ese poder constituyente, primero se encargarán de competir para imponer su visión, plan y estrategia de gobierno; luego entonces, ¿quién ganará el 2 de junio?
Porque el que seguirá perdiendo es el de siempre: el ciudadano de a pie; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.