Gallos tauromaquia y evolución social

En el mundo entero, disfrazadas de tradiciones y cultura se han mantenido costumbres...

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En el mundo entero, disfrazadas de tradiciones y cultura se han mantenido costumbres que, pasados los años, se consideran aberrantes y hasta inhumanas, en ese grupo pueden inscribirse la tauromaquia y la pelea de gallos, representación la primera, al igual que la charrería o el rodeo en Estados Unidos, de la doma que permitió a los humanos avanzar socialmente en las etapas más primigenias de su desarrollo, y precisamente por primitivas, la discusión moderna sobre su mantenimiento por mero divertimento y negocio permite medir el grado de evolución social, por muy connotados que puedan ser sus aficionados.

Como ejemplo de maltrato animal, el Toro de la Vega, en España, resulta de lo más sanguinario y degradante, consiste en acuchillar un animal salvajemente hasta morir, perseguido por una turba de personas armadas con lanzas; pero no hace falta llegar a Europa para ver torturas como esas, en Yucatán la llamada "Danza de Kots Kal Tso" una tradición de la comunidad de Dzitás consiste en que un grupo de hombres baile con un pavo mientras lo van desplumando vivo, le tuercen la cabeza y si no muere un sacerdote maya golpea la cabeza del pavo hasta que muera.

Una variante es el llamado Kots Kaal Pato, que consiste en colgar los patos y arrancarles la cabeza con la mano, o meter iguanas y zarigüeyas en piñatas, para luego matarlas a palos; tanto en Yucatán como Campeche, en las fiestas de San Bartolo se acostumbra realizar estos actos, pero en algunos municipios como Izamal han dejado dicha práctica, lo que demuestra que las festividades no se pierden ni la fe, simplemente se abandona el barbarismo.

El derecho de pernada, en la Edad Media que constituía básicamente en el derecho de los señores feudales o los hacendados, en el caso de México, a iniciar sexualmente a las mujeres que habitaran en su tierra y que fueran a contraer matrimonio hoy puede parecer aberrante, pero era un privilegio que sólo los pudientes podían ejercer, los ennoblecía incluso; pero hoy no existe sociedad mediamente moderna que se atreva siquiera a enarbolar la causa, por el contrario, muchos pretenden hacer como si nunca hubiese existido, pero ahí está la historia.

Con lo anterior como contexto, habrá quien considere las peleas de gallos y la tauromaquia como algo “más civilizado”, sin embargo no dejan de ser reductos de subdesarrollo que posibilitan la tortura por divertimento y negocio; afortunadamente, Quintana Roo ha aprobado una Ley de Protección Animal que considera ilegales dichas acciones, y a pesar de que este martes unas 400 personas marcharon por las calles de Chetumal, en demanda de que no se publique la norma, 19 de 25 diputados la avalaron y además existen antecedentes en la misma Suprema Corte de Justicia de la Nación que considera constitucional la prohibición de dichos espectáculos y además rechaza cualquier tipo de protección a prácticas que impliquen el maltrato o tortura a cualquier especie.

¿Que ocho mil personas viven de explotar y torturar animales en la entidad y 50 mil en el país? Bueno, en Francia, durante la Revolución surgió un singular oficio, el de verdugo. Al personaje que lo ejercía se le conoció como “El señor de París” y el “trabajo” pasó de manera familiar hasta 1977, cuando la guillotina se utilizó por última vez.

Sin duda, la “honrosa” familia que desempeñaba el oficio tuvo que aprender algún otro que le permitiera su supervivencia; lo mismo ocurrirá con galleros, toreros y criadores, la evolución social es así; y es por el bien de todos; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

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