Sin ningún contrapeso político que lo obstaculice, el alcalde capitalino Luis Torres Llanes tiene una patente de corso para hacer y deshacer a la medida de su gusto en el Ayuntamiento de Chetumal, ya que los 15 regidores de su Cabildo están bien domesticados por el ex priista y se dedican a alzar la mano aprobando sin chistar todas las propuestas del edil.

Y es que a diferencia de lo que ocurre en otros municipios donde los regidores se están tomando muy en serio su papel, en el municipio capitalino el cuerpo de concejales no es más que una comparsa que baila al compás del ritmo caribeño que marca Luis Torres.

Como era de esperarse, la comparsa de regidores ha provocado que en el municipio se esté viviendo un verdadero carnaval, con directores que actúan como pequeños reyes feos que dictan órdenes sin rendir cuentas a nadie.

Un reciente caso ejemplar de este desorden que priva en el Ayuntamiento es el de la Policía Municipal, donde apenas este lunes relevaron al director operativo Sergio Marín Requena, mando que según reportes periodísticos no aprobó los exámenes de Control y Confianza y debió haber sido retirado de su cargo desde hace un mes.

Al quite entró Jesús Ceballos Díaz, designado por el alcalde y avalado al instante por los regidores, quienes ni siquiera preguntaron el por qué de la salida de Marín Requena. Ni siquiera los concejales del PRI y Verde, que en este gobierno les tocó ser la oposición, han dado la nota discordante y son los más dóciles integrantes del gobierno municipal.

 Irritación en la SEyC

La Secretaria de Educación y Cultura (SEyC), Marisol Alamilla Betancourt, está envuelta en una burbuja que le atiza los conflictos, presentándole un mundo irreal con todos los efectos devastadores. Estos mandos clave le dicen al oído que su trabajo es magistral y que los problemas se solucionan por arte de magia. Vaya insensatez.

Su Secretario Particular, Jorge Martínez Lugo, es el principal culpable de que Marisol Alamilla viva en un mundo de fantasía, y la funcionaria ha sido lanzada contra las cuerdas por esas valoraciones fallidas. Porque ella no escucha consejos de nadie más y ha otorgado todo el poder a un funcionario que carece de sensibilidad y tolerancia.

Ya es generalizada la molestia de colaboradores cercanos, subsecretarios, directores, jefes de oficina y de todos los que tienen el infortunio de atravesarse en el camino del Secretario Particular porque los ningunea. La inconformidad se olfatea en los pasillos de la SEyC.