La enfermedad de los costos
Revisando a Baumol III)
En el 2014, tres años antes de fallecer a los 95 años, William Baumol fue considerado como el principal candidato a obtener el Premio Nobel de Economía. Hoy sabemos que no fue así, el hombre destacado por sus investigaciones en el ámbito del emprendimiento, se murió sin recibir el galardón. Pero la muerte no lo agarró descansando, seguía trabajando en lo que sería su último aporte a la teoría económica, el libro “The Cost Disease: Why Computers get Cheaper and Health Care Doesn´t”, del cual, como de casi toda su obra, no hay traducción al castellano. (¡Qué falta nos hacen los viejos editores mexicanos de Fondo de Cultura Económica!).
Esta enfermedad de los costos (Cost Disease) a la que hace referencia Baumol, es fácil de explicar, pero no tanto de comprender, y menos aún ver sus implicaciones. Baumol observa que, en Londres en 1826, cuando se interpretó por primera vez el Cuarteto de cuerdas n.º 14 de Beethoven, cuatro personas necesitaron 40 minutos para ejecutarlo. En 2010, cuatro personas todavía necesitaban 40 minutos para producir la misma interpretación. Dicho de otra manera, en los casi 200 años transcurridos entre su estreno y el 2010, no hubo incremento en la productividad laboral del cuarteto de cuerdas. En 1826 se necesitaron 2.66 de horas de trabajo para producir una unidad de producto, y en 2010 se necesitaron las mismas 2.66 horas de trabajo.
El crecimiento de la productividad laboral en la economía en su conjunto ha resultado en un aumento de los salarios reales desde 1826. En 2010, el salario medio por hora era 23 veces más alto en términos reales que en 1826. Este aumento de la productividad laboral hace que la producción de bienes y servicios en sectores con crecimiento lento de la productividad, como los cuartetos de cuerdas, sea más costosa en términos relativos. La sociedad es mucho más eficiente en la producción de otros bienes y servicios en el 2010, lo que aumenta el costo de oportunidad de producir una interpretación musical. El aumento de 23 veces en el precio relativo del cuarteto de cuerdas es la fuerza impulsora de la enfermedad de los costos de Baumol.
En una ciudad como Cancún habrá gente que le tenga sin cuidado esta enfermedad de los costos, nos dirían que lamentablemente es un envidiable problema de los londinenses, pues acá no hay cuartetos de cuerdas para apreciar aún estando dispuestos a pagar 23 veces más por el servicio que en 1826. El diletante Baumol, tuvo el interés de investigar el incremento de los costos en las artes escénicas y contó con el patrocinio de la Twentieth Century Fund para hacerlo. Su investigación se centró en los problemas económicos comunes que enfrentan el teatro, la música, la ópera y la danza. ¿Y entonces?
En el caso de que está pequeña nota haya logrado explicar la enfermedad de los costos, sería muy interesante para el autor saber si la misma fue comprendida. En el caso de haber sido así, se nos abre la puerta para pensar en las implicaciones de la enfermedad de los costos, que no solo se da en las artes, sino que el mismo efecto se produce en el sector salud y en el sector educativo. ¡Ahora entiendo por qué las colegiaturas suben por encima de la inflación!
(Dr. Juan Boggio Vázquez / Profesor-Investigador, Departamento Economía y Negocios, Universidad del Caribe).