En medio de la desolación que viven diversos puntos del país por la incontrolable inseguridad y la violencia, en Quintana Roo, el segundo municipio turístico más importante de México –Solidaridad- empieza a revertir estas tendencias hacia la baja, en una tarea que se impuso el actual gobierno municipal desde el primer día de la administración y que con un arduo trabajo diario, con decisión y con imaginación ha ido taladrando en las estructuras de la delincuencia.

Cierto es que falta mucho por hacer. Y es que los destinos turísticos se han convertido en un imán para los grupos delictivos. Pero a diferencia de otros puntos vacacionales, en Playa del Carmen a diario se reportan aprehensiones de gente dedicada a vender droga, a extorsionar. Personas por lo regular armadas, que han mantenido maniatada a la población, a las empresas turísticas y que han pretendido sentar sus bases en la zona. Mientras que en otros municipios, el reporte policiaco de todos los días se refiere al cierre de calles y avenidas.

La mayor crisis que presenta México en estos días es sin duda la inseguridad en un sinfín de modalidades: Robos, secuestros, violaciones, homicidios, narcomenudeo. Y más allá de lograr un avance en la materia, pareciera que el gobierno federal se tapa los ojos para no ver la situación en que se encuentra el país y su gente, sin atinar –o sin querer atinar- a resolver esto que muestra un rostro irreversible y que mantiene a los mexicanos contra la pared, detrás de las rejas de su casa sin salir a la calle más que para lo indispensable.

Desamparados, muchos en el país creen que el caso está perdido y algunos se escudan bajo el argumento: “Fue lo que nos dejaron los otros gobiernos”.

Sin embargo, en el municipio de Solidaridad, su actual presidenta Lili Campos, no dudó en entrarle al toro por los cuernos, y una de sus primeras acciones fue incrementar el número de agentes. Habían pasado unos cuantos meses y la cifra de efectivos de la policía preventiva aumentó de 514 (con los que recibió la corporación) a 958, y de 20 patrullas a 312 unidades, a fin de mantener vigilado desde la zona más turística hasta el lugar más recóndito de la localidad.

Y de manera paulatina, el objetivo se va cumpliendo.

En una comparativa de 2022 a 2023, Solidaridad reportó una significativa disminución en las denuncias por extorsión de 20 a sólo cuatro, lo que le permitió pasar del lugar 102 del total de los municipios a nivel nacional, al 300.

También registró una baja en el número de homicidios dolosos durante el año referido, lo mismo en cuando a la libertad y la seguridad sexual (violación) e incluso en el robo a casa habitación, a negocio y a vehículos.

Lili Campos está consciente que no se pueden echar las campanas al vuelo. Sin embargo, está claro que la estrategia de seguridad que se ha conformado en este municipio empieza a dar resultados y que debe continuar, incluso con mayor fuerza.

Muchos especialistas aseguran que la mejor forma de disminuir los índices delictivos es a través del combate a la impunidad. Pero -debe quedar claro- ni la procuración ni la impartición de la justicia forman parte de las atribuciones de los municipios, por lo que su función es únicamente brindar protección y vigilancia, a fin de prevenir los ilícitos.

Da seguridad ver agentes preventivos en cada esquina de la Quinta Avenida (lugar especialmente atractivo para la delincuencia por la cantidad de turistas que ahí pasean a diario). Pero al mismo tiempo, en forma simultánea, son cientos de patrullas las que peinan todos los días el resto del municipio, brindando seguridad lo mismo a vacacionistas que a la población local.

Y así es como Solidaridad reporta hoy este un paulatino, pero significado avance, mientras que en otros lugares prefieren taparse los ojos y los oídos para no ver lo que ocurre ni escuchar los gritos de auxilio.

Con decisión y mucho trabajo, sí se puede…