Este domingo 4 de diciembre, el Partido Acción Nacional (PAN) renueva dirigencia estatal, y a la militancia de ese partido no le queda más que renovarse o morir, o más bien sumarse o quedar fuera de la política los próximos 5 años.

Ese día está previsto que la militancia de dos mil 400 afiliados acudan a elegir a la nueva dirigente en Quintana Roo, cargo por el cual compiten Reyna Tamayo y Eugenia SolÍs.

Vale decir que, con Reyna Tamayo, el PAN ofertaría una figura nueva en la dirigencia estatal, aunque ya se le sumaron algunos que se niegan a retirarse de la política y quieren mantenerse vigentes, uno de ellos el actual dirigente Faustino Uicab que, ni tardo ni perezoso se olvidó de aquel que lo llevó a la dirigencia, entiéndase Eduardo Martínez, y le puso la alfombra roja a Tamayo rumbo a la dirigencia albiazul.

Uicab es uno de los tantos panistas de siempre que ya le levantan la mano a Reyna Tamayo, y se olvidaron de la ex diputada local Eugenia Solís, quien dicho sea de paso, pasó sin pena ni gloria por el Congreso Local cuando formó parte de la XV Legislatura.

Por supuesto que Eugenia Solís no le aporta nada nuevo al PAN y muchos menos lo haría como dirigente estatal, más bien le sumaría las derrotas sufridas cuando buscó cargos de elección popular, sin embargo, el punto es que si ese partido quiere mostrar una cara nueva a los votantes en las elecciones próximas, de ganar Tamayo la dirigencia, deberá sacudirse a los no deseados.

Si bien las elecciones del 2024 parecieran estar muy lejanas, realmente falta un año y siete meses para ello, período que, en política, no es nada si se trata de posicionarse y lanzar alguna figura fresca que represente competencia, esto en el caso que los partidos contrarios a la 4T, entiéndase el PAN y aliados, deseen tener posibilidades reales de ganar alguna diputación o presidencia municipal en las elecciones del año mencionado.

Así las cosas para los organismos políticos que han caído de la gracia de los electores, a quienes ya no se les engaña fácilmente y castigan a los malos gobernantes,  un ejemplo son aquellos y aquellas que quisieron reelegirse en el 2021, o los que buscaron la gubernatura en el 2022 y la triste realidad les golpeó en la cara. Hasta la próxima.