La pandemia y el medio ambiente

Al finalizar el s mes del 2022 y a casi dos años de enfrentar la peor pandemia de los últimos años...

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Al finalizar el s mes del 2022 y a casi dos años de enfrentar la peor pandemia de los últimos años, muy diferentes por cierto en todos los aspectos, resulta interesante poder entender una relación entre la Covid-19 y nuestro medio ambiente, es innegable que los datos son contundentes.

La pandemia del coronavirus ha generado la mayor caída en la emisión de CO2 de la que se tenga registro en la historia. Ninguna guerra, ninguna recesión, ninguna otra pandemia, ha tenido un impacto tan dramático en las emisiones de CO2 durante el último siglo como el que ha logrado el Covid-19 en pocos meses, situación que ya marca la historia del planeta hacia varios frentes.

Hoy y debido a la pandemia hay menos aviones en los cielos, menos autos en las calles y carreteras, menos personas deforestando o contaminando nuestros cuerpos de agua, el consumo de energía ha disminuido debido al paro de fábricas y grandes plantas de producción, al grado que según la NASA ha detectado desde el espacio la disminución de gases contaminantes en la atmósfera.

De igual manera los sismólogos han notado que el planeta incluso está vibrando menos, con ello, se refieren a las vibraciones que nuestras actividades diarias causan sobre la corteza terrestre. 

Como muestra de todo esto podemos ver que en las redes sociales circulan imágenes de aguas que se ven más cristalinas y animales que ahora pasean felices por las ciudades sin humanos a su alrededor. 

Las medias de confinamiento que se han extendido por todo el mundo han hecho también que millones de personas se queden en sus casas, un hecho sin precedentes cuyas consecuencias los científicos están empezando a medir, úes de ahí se derivan varias circunstancias que vale la pena estudiar para entender.

Hoy en nuestro país, las calles están vacías, los comercios cerrados, los autos guardados en su mayoría, todo esto ha provocado que se reduzca la magnitud de vibraciones lo que los geólogos llaman el "ruido sísmico" generado por los humanos y que se deriva de nuestras actividades diarias que causan un impacto sobre la corteza terrestre.

Hasta ahora, es muy difícil saber cuánta gente hay realmente contagiada de coronavirus a lo largo del mundo, pues el número de personas que supuestamente padecen la enfermedad varía extraordinariamente dependiendo del país y de cuántas pruebas se estén realizando en ese país.

 En la medición del impacto ambiental los impactos positivos son visibles, ya sea la mejora de la calidad del aire o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, son sólo temporales, porque se derivan de una aguda desaceleración económica y un trágico sufrimiento humano. 

Este no es un modelo de respuesta ambiental y mucho menos el modelo de un ambientalista.  De hecho, sobre la reducción de emisiones, algunas Universidades destacan que el uso de combustibles fósiles tendría que disminuir aproximadamente 10% en todo el mundo, y mantenerse así durante un año, para que la reducción pudiera reflejarse claramente en los niveles de dióxido de carbono.

 Tal parece que esta pandemia nos está dejando una gran lección y depende de nosotros y sólo de nosotros entender que la ´prueba de no ha puesto la humanidad debe ser considerada como aprendizaje y como una falla en la historia de la realidad que nos tocó vivir. Nos leemos con gusto, la próxima semana. 

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