La policía de Solidaridad
En medio del desconcierto, de la desolación por los elevados índices de inseguridad y de violencia...
En medio del desconcierto, de la desolación por los elevados índices de inseguridad y de violencia que mantienen sometido a gran parte del estado, aparece una luz que representa una esperanza y que permite afirmar que “sí se puede luchar contra la delincuencia e ir ganando terreno para retornar a aquellos tiempos de paz que tanto anhela la población del sur y norte de la entidad”.
Y es que el hecho de que el Centro Nacional de Inteligencia haya girado su mirada hacia Quintana Roo y presente un diagnóstico y evaluaciones puntuales para asegurar que el municipio de Solidaridad cuenta con la mejor policía del estado, es el más claro ejemplo de una máxima que repetía mi abuelo una y otra vez: “El trabajo siempre rinde frutos”.
Sobre ello, es preciso señalar que para la presidenta municipal de Solidaridad, Lili Campos, fortalecer la seguridad pública ha sido la máxima prioridad de su gobierno, en concordancia con el más recurrente reclamo de la sociedad en ese municipio -y otros más, especialmente al norte de Quintana Roo-.
“Esta noticia nos hace sentir orgullosos y más comprometidos a todo el equipo del gobierno municipal, para seguir trabajan[1]do por el bien y la calidad de vida de las familias, con amor a la Patria, con amor a Solidaridad, con amor a Quintana Roo” señaló de acuerdo al comunicado emitido por Comunicación Social. Y cómo no sentirse orgullosos si se trata de la localidad con el mayor crecimiento poblacional del país y quizá hasta de Latinoamérica.
El asunto desde luego que no es menor, pues el poder equilibrar la dotación de servicios (como la seguridad pública) con el avasallante crecimiento de un gigante que todos los días está más grande, merece un trabajo arduo de respuesta y planeación. Es así que el gobierno encabezado por Lili Campos empezó por aumentar el número de agentes municipales, así como de patrullas y equipo, pero sobre todo puso especial énfasis en las medidas que se debían adoptar, en una estrategia real de combate a la violencia (homicidios, narcomenudeo, extorsión, secuestros, asaltos…).
Claro está que una corporación policíaca no puede ser reconocida sólo por andar en autos nuevos ni por contar con más efectivos. No, se requiere de un intenso trabajo de planeación, de inteligencia, de adelantarse a una delincuencia que, cabe decir, siempre llevará la ventaja al actuar con sorpresa. Falta mucho por hacer, pues si bien los índices delincuenciales han reportado una disminución con notables altibajos, aún se reportan actos deleznables. Sin embargo, el trabajo ahí está y el reconocimiento es merecido, una labor que se ha realizado todos los días, las 24 horas.
No puede ser de otra manera, la inseguridad vulnera todo, empezando por la tranquilidad y la libertad de la población, derechos que deben ser consagrados y debidamente atendidos por las autoridades. La tarea no es fácil, pero se va avanzando