La próxima oposición

Como resulta lógico, la atención está puesta en quien tiene la mayor oportunidad de ganar la gubernatura el 5 de junio...

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Como resulta lógico, la atención está puesta en quien tiene la mayor oportunidad de ganar la gubernatura el 5 de junio y casi pasará inadvertida la persona o la fuerza derrotadas. En una democracia no debiera ignorarse "el resto", porque la política se vive con balances y contrapesos. Por eso no es ociosa la pregunta: ¿Por qué es necesario analizar desde ya la posible futura oposición (cualquiera que sea ésta)?

De entrada, no bastan los números. Para convertirse en la verdadera oposición, los proyectos políticos deben soportarse en un pilar ideológico, un discurso consistente, estrategias de largo plazo, dirigencias activas y bases movilizadas. Después del 5 de junio la debacle para algunos grupos derrotados quedaría en total evidencia. No todos estarán dispuestos a empezar de cero porque el borrón y cuenta nueva obliga a un esfuerzo mayúsculo. Un segundo o tercer lugar, sin respaldo de fondo ni planes de largo plazo, puede resultar incluso anecdótico.

En un pestañeo aparece el 2024 con una contienda presidencial, lo que supone una intensa correlación de fuerzas, sin descartar nuevas alianzas. En el estado se disputarán los 11 ayuntamientos y el Congreso nuevamente. De una caída estrepitosa el próximo mes, no todos podrán levantarse con eficacia ni rapidez. Si pierden ahora, podrían empezar perdiendo para entonces.

PAN-PRD-CQ es una alianza que podría reinventarse. Confianza corre el peligro de perder su registro, aunque sus grupos pueden dar el salto a uno de los otros dos partidos para cobijarse. Un ala concreta del panismo tomaría la batuta para reacomodarse mejor rumbo al 2024, como la auténtica oposición, si pierden este proceso.

El PRI aparece sólido como fuerza. Quienes lo comandan hoy tienen un mismo pasado y miran un mismo futuro. Son, quizá ya la única oposición: a la 4T, al oficialismo estatal y a Movimiento Ciudadano que se presenta como la otra opción de recambio. Este último partido responde a un proyecto nacional y en 2024 seguirá vivo, aun cuando presente otras caras.

Y si pierde Morena, igual seguiría gobernando ocho de los 11 ayuntamientos, con la mejor perspectiva hacia 2024 y probablemente con los mismos aliados.

La oposición es una incógnita por estos días, aunque puede imaginarse por la idea general que se tiene. Pero existe, ahora está compitiendo y solo es cuestión de tiempo para conocerla con ese nombre. No es adorno. Las alternancias se deben a su fuerza que no siempre acapara la atención.

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