La sinrazón: ahora van contra Airbnb
Desafortunado y hasta aventurado resultó el anuncio -u opinión- expuesto por el diputado Julián Ricalde...
Desafortunado y hasta aventurado resultó el anuncio -u opinión- expuesto por el diputado Julián Ricalde, al señalar que las plataformas de hospedaje como Airbnb sólo podrán operar en zonas turísticas del estado, e incluso el legislador sostuvo que ya existe una iniciativa al respecto que será presentada ante el pleno de la XVII Legislatura de Quintana Roo.
Desde ahora, antes de que la iniciativa sea puesta ante el escrutinio de los diputados, podemos asegurar que lloverían los amparos contra esta medida sinrazón que pretenden –dice- hacer ley.
Y es que la propuesta quiere entonces hacer más ricos a los ricos, a los que tienen propiedades en la zona hotelera, y nuevamente a un lado a aquellos que tienen una propiedad y que la han destinado al uso del hospedaje mediante esta plataforma, a fin hacerse de recursos y afrontar la voraz crisis por la que atraviesa el país.
Según Ricalde, la iniciativa pretende obligar a los dueños de viviendas destinadas a Airbnb y otras, a pagar derechos municipales. Pero por supuesto, creemos que los anfitriones deben cumplir con la obligación de pagar predial, y nada más, bajo la premisa de que el dueño de una casa tiene derecho a prestarla o rentarla a quien le dé la gana y bajo el esquema que se le antoje. Punto.
Lo demás es buscar exprimir, sangrar a la gente, escudriñar hasta encontrar razones poco convincentes para crear nuevos impuestos.
El mismo político, que como presidente municipal, propuso el pago por recoja de basura en las casas-habitación, porque –expuso en aquella ocasión- la gente que vive en Cancún debe saber que es caro, ahora asegura que las plataformas de hospedaje deberán estar en las zonas turísticas y no urbanas.
Al igual que como respingó Uber como empresa internacional, sin duda también lo haría Airbnb. La intención de los diputados iría en contra de los principios por los que fue creada esta plataforma y que es en especial brindar opciones más baratas al turista y su familia.
Permitir la inclusión de las plataformas de hospedaje sólo en las zonas turísticas no tiene sentido, es una sinrazón y pareciera que detrás de esto se encuentran los hoteleros que ya ven a Airbnb como una muy seria competencia.
Prepárese pues, amable lector, para un nuevo tiro, de la magnitud o más grande que el de Uber y taxistas, en caso de que los diputados se atrevan a aprobar esta propuesta que, a decir de Julián, “ya lleva un gran avance”.
Para el legislador independiente, el objetivo de la iniciativa es evitar tener a turistas hospedados fuera de las “áreas de esparcimiento”, ya que el Estado no tiene la capacidad de cuidar a estos viajeros o brindarles movilidad.
Y nos preguntamos: ¿Acaso el Estado tiene la capacidad de brindar protección a los turistas hospedados en hoteles? Por supuesto que no, y por eso solapa y hasta agradece la existencia de los centros de hospedaje “todo incluido”, que mantiene cautivos a sus clientes.
Después dijo: “Tenemos imágenes engañosas, personas que toman un Airbnb, por fotos o por lo barato, y se quedan en Bonfil o en El Crucero”. Al respecto se debe aclarar que Airbnb es una empresa seria, en la que no se permiten engaños o se corre el riesgo de ser expulsados, y si el turista acepta instalarse en una casa del Crucero o de Bonfil, está en todo su derecho de hacerlo.
Esperamos que los diputados reflexionen el tema y no pretendan colocar “piso parejo” para que las casas rentadas por plataforma “paguen igual que cualquier establecimiento que lucra con hospedaje”, es decir, los hoteles (no hay de otro).
En la entrevista se le aclaró que los anfitriones de Airbnb ya pagan ISR, IVA e impuesto al hospedaje, pero el diputado rebatió que no cumplen con la normativa municipal ni pagan esos derechos.
Lo cierto es que Ricalde no supo justificar esa propuesta, y pretendió exponer argumentos sin ton ni son. “Que si por seguridad para el turismo, que si por impuestos, que si por movilidad, que si… bla, bla, bla”.
Mejor que los diputados se pongan a trabajar en lo importante y dejen de crear leyes sobre las rodillas, que sólo buscan sangrar a la gente. Que se metan a asuntos de interés general como los estacionamientos…
Esta vez Ricalde se dio un tiro en el pie y cayó como un leguleyo. Y que los diputados no traten de justificar lo injustificable, porque crearán otro escándalo con reacciones internacionales en perjuicio de un Cancún ya lastimado…
Viva la modernidad.