La vida light
Un rasgo distintivo de la sociedad actual es el relato. La versión de cada individuo sobre las cosas. El yo es
Un rasgo distintivo de la sociedad actual es el relato. La versión de cada individuo sobre las cosas. El yo es común denominador, “yo pienso”, “yo creo”, “yo opino”.
Cada sujeto emite su parecer y además lo quiere hacer valer ante todo. Incluso el hombre vulgar esgrime tener derecho a la vulgaridad.
La filosofía sirve para entrar en dudas, no para salir de ellas. Todo lo que uno puede aprender, se lo debe en gran medida a que acepta su ignorancia, eso lo impulsa. Si una persona da por sentado que lo sabe, nunca aprende cosas nuevas.
El ignorante que cree saber y adopta posiciones de sabio, difícilmente saldría de su poco conocimiento sobre los temas.
El sabio siempre va en busca de las dudas. La filosofía ayuda a reflexionar, a encontrar las grandes interrogantes de la vida. Ya hemos sostenido que en ocasiones la filosofía angustia, es un constante preguntar.
Un alumno en apuros intelectuales me requirió: “¡Maestro, digamos quien tiene la razón! ¿Dónde radica la verdad de la vida?”, pero por supuesto yo tampoco lo sé. Nuestras teorías y posturas, son simples conjeturas indemostrables.
Diógenes “El Cínico” hacia filosofía desde un tonel. Se cuenta que en una ocasión se encontraba acostado en un parque, cuando pasó Platón con un grupo de alumnos y escuchó que les decía señalando a Diógenes con el dedo “uno nunca debe ser flojo y dedicarse a la holgazanería”, “El Cínico” lo escuchó e inmediatamente reviró a los alumnos de Platón, “tampoco uno nunca debe ser envidioso.”
También se sabe que en una ocasión Epicuro de Samos se encontraba impartiendo clases a sus alumnos y percibió que ninguno le prestaba atención, todos estaban distraídos, platicado, realizando otra actividad, entonces Epicuro, molesto empezó a proferir palabras soeces, groserías y barbaridades por lo que en ese momento todos sus discípulos callaron y le prestaron atención.
Reflexionó en voz alta, las sociedades muchas veces funcionan de esa manera, cuando uno habla de filosofía o de cosas superiores nadie le hace caso, empero cuando dice cosas mundanas, cosas de idiotas, superfluas, los demás callan y lo escuchan. Es el mundo al revés.
La ignorancia no sólo es ausencia de conocimiento sino también de actitud ante la vida. En ocasiones los individuos niegan aquellas cosas de las cuales son incapaces de comprender. Existen personas con actitudes de indiferencia ante la reflexión por la falta de capacidad de compresión. Es más fácil afirmar que dudar. Repetir lo que otros han aseverado.
Mas diálogo menos relato, es lo que debemos promover para lograr un verdadero cambio en nuestras sociedades, cada día más líquidas, más lights, donde da la sensación que todo se diluye, que nada es permanente, sino desechable, donde todo es posible y cada individuo está en una isla rodeado de gélidas aguas infestadas de envidia y egoísmo.
(1) En la antigüedad se le llamaba idiota a la persona que no era capaz de reflexionar cosas superiores, sino sólo aspectos mundanos de la vida.