Las ciudades caminables y sus beneficios
¿Les gusta caminar? Mucha gente no piensa que caminar una ciudad puede generar placer. Solamente piensan...
¿Les gusta caminar? Mucha gente no piensa que caminar una ciudad puede generar placer. Solamente piensan en la acción de caminar como medio de traslado de un punto a otro. Sin embargo, tienen muchos beneficios más allá de ser un medio de transporte para llegar a un lugar proveyendo salud mental y física.
En el aspecto físico, caminar diario 30 minutos ayuda a quemar más grasa y calorías que otros ejercicios, ayuda a que el sistema cardiovascular se active y fortifique y ayuda a eliminar el colesterol perjudicial para el organismo. Así si busca perder peso caminar 30 minutos a buen ritmo entre 4 y 6 km diarios logrará quemar entre 230 y 300 calorías.
¿Quiere mantener el colesterol a raya? El caminar activa y fortifica el sistema cardiovascular con lo que el metabolismo se acelera y la grasa es usada como combustible, lo que evita que se acumule en venas y arterias con lo que disminuye el riesgo de infartos al corazón, cerebrales y embolias. Un beneficio resultado de caminar es que disminuye el estrés y la tensión nerviosa porque favorece que el cuerpo calme la mente e incluso puede convertirse en una terapia relajante para el espíritu.
Estos son solamente unos de los beneficios que genera el caminar. Entonces, si tiene tantos beneficios el caminar, ¿por qué nos obsesionamos en hacer ciudades donde el medio de transporte principal es el automóvil?
Se entiende que uno no va a caminar a todos lados. Que hay distancias o lugares a los que deseamos ir, que no están a una distancia caminable o que, en ocasiones, las condiciones físicas de las personas o la edad, tampoco nos permiten caminar largas distancias.
Sin embargo, la solución a esa problemática se encuentra en contar con un transporte público de calidad, que permita que las personas puedan combinar la movilidad activa como caminar y bicicleta con medios como autobús o metro, tranvía en las ciudades que lo permiten.
Creamos ciudades en las que hemos destrozado el microclima por construir priorizando los edificios y las calles para los autos, que nos encontramos con entornos poco amigables en los que hace mucho calor y entonces se dificulta caminar.
Reflexionemos y construyamos diferente, demos oportunidad a la naturaleza, incrementemos los árboles y rescatemos nuestro microclima, la temperatura bajará, construyamos banquetas para priorizar a las personas en lugar de los autos y recuperemos nuestros entornos en los que además recuperaremos la amabilidad de vivir al estar menos estresados por la vida.
(Christine McCoy / Doctora. Profesora-Investigadora del Depto. Economía y Negocios, Universidad del Caribe).