Limpiarán el chiquero
Buena noticia: los maestros quintanarroenses maliciosamente convertidos en truhanes malpagadores por su patrón incumplido...
Buena noticia: los maestros quintanarroenses maliciosamente convertidos en truhanes malpagadores por su patrón incumplido y de uñas largas ya no tendrán que seguir tronándose los dedos por cosas tan imporantes como su patrimonio y su buena palabra crediticia.
Es claro que los gobiernos deben resolver muchas cosas al mismo tiempo, pero las que conciernen a la buena ventura –bienestar es la palabra que queríamos poner, pero por ahora, secuestrada, pudiera derivar en lecturas ingratas– de las familias son –o deben ser– siempre las primeras.
Los beneficios a los que han accedido los burócratas, como los que cobijan a cualquier trabajador, no tienen memoria: si las condiciones fueron buenas o malas, si los gobiernos otorgantes eran solventes o pillos, si resultaron de turbias maniobras políticas de gestas democráticas o de epifanías de servidores públicos muy honestos, eso no importa: como todas las conquistas de los trabajadores, los créditos institucionales que los burócratas lograron deben ser correctamente administrados por su patrón, que en este caso es el gobierno. Pero lo sabemos muy bien: los gobernantes son tan peregrinos como las golondrinas viajeras que le dieron tan poético apelativo a la isla de Cozumel, y de ahí el prolongado martirio de los maestros que creían que sus descuentos se aplicaban a sus adeudos, pero no era así.
El mayor patrón quintanarroense es el gobierno local –jefe de unos 12 mil chetumaleños–, una institución que tiene nombre y es la parte patronal de la asociación laboral de tantas personas, la gran mayoría jefes de familia, apuntado en el RFC, que cuenta con domicilo y dirección, pero no se llama BeBo, SA de CV, sino Gobierno del Estado Libre y Soberano de Quintana Roo. Hoy el jefe es Carlos Joaquín González.
El más numeroso de los gremios que trabajan para ese jefe es sin duda el magisterial, y la buena nueva para todos los burócratas a los que les robaron sus cuotas retenidas en vez de depositarlas en diversas instituciones –financieras, la mayoría– que se volvieron acreedoras de cada uno de los trabajadores vía nómina es que esta angustia, la zozobra de formar parte de la lista negra del temido Buró de Crédito y de ver en peligro el patrimonio ya está siendo resuelta por la institución, que con sus mieles y hieles hace casi un año tomó bajo su mando Carlos Joaquín.
La secretaria de Educación de Quintana Roo anunció la liberación de las primeras ministraciones de recursos para que el patrón solvente los descuentos por nómina robados por el gobierno anterior. Lo desviado asciende a casi 200 milones de pesos, pero los primeros trabajadores desde ya podrán enpezar a ver cómo poco a poco este gobierno va lavando la afrenta de la anterior. Limpiarán el chiquero.
Bueno: al menos eso dicen.