Los números de la revocación
El ejercicio revocatorio y sus resultados tienen algunas interpretaciones. Aquí las mías:
1. Se pueden tomar los poco más de 15 millones de votos a favor de AMLO como votos “duros” de Morena. Si hoy fueran las elecciones, Morena tendría muy probablemente esos millones, más los que se sumen por indecisos que, como pasó en el 2018, les alcanzó para ganar. La interpretación de que como no llegó el domingo a 30 millones perdió, es sesgada. En 2018 los indecisos y los “situacionales” dieron el impulso necesario.
2. El famoso “silencio” de esos 8 de cada 10 ciudadanos que no votaron se puede interpretar como desinterés por el ejercicio revocatorio, pero sería falaz y equivocado tomarlo como una “respuesta al presidente”, una “derrota a AMLO” o una victoria de la oposición. Dado que esos 8 de cada 10 no participaron, es imposible conocer cuántos entre ellos están contra del gobierno obradorista, cuántos no fueron por desidia, cuántos más sí votarían por AMLO, entre otras cosas. Esa era la importancia de salir a votar. No se pueden interpretar datos inexistentes, pues no pasaríamos de simples especulaciones.
3. A la oposición le hubiese servido convocar a la ciudadanía a participar, pues también podría medir y tener instrumentos para conocer su futura posición respecto a 2024. Hoy no saben qué números tendrían porque la gente no haya ido a la revocación, insisto, no implica tampoco que votarían por algún candidato diferente a Morena. Se perdió la oportunidad.
4. La ubicación de las casillas se realiza utilizando criterios técnicos, tal y como marca la Ley. Ante la falta de la mitad del presupuesto para organizar la Revocación, la propia Corte autorizó al INE a distribuir las casillas como pudiera. Ninguna sección electoral se quedó sin casilla: aunque alejadas, podían recibir votación. Si alguien estuvo inconforme con su distribución, lo correcto era pedirle al representante de partido ante el Consejo Local y Distrital que impugnaran las listas de ubicación. Para eso sirven esos representantes. También pudieron pedirles a sus diputados que no recortaran recursos. Las elecciones cuestan.
5. En Yucatán se alcanzaron poco más de 300 mil votos, la mayoría contra la revocación. Muchos ven un fracaso por el abstencionismo y otros una victoria. Hoy se puede decir que Morena movilizó más de 300 mil personas y que, de mantenerse así, tiene oportunidad de competir en serio por la gubernatura del estado en 2024.
El proceso estuvo plagado de irregularidades: gobernadores, partidos y funcionarios promocionando ilegalmente la revocación; durante la jornada se registró acarreo hasta del propio dirigente nacional de Morena; se pagaron espectaculares con dinero de procedencia desconocida y se repartieron folletos que sugerían la continuidad de programas sociales sólo si seguía AMLO.
Lo que antes usaba Obrador para impugnar elecciones, lo que antes se consideraba delito y falta electoral, hoy se ve normal y hasta como justicia social.
Celebro que exista ya un ejercicio en donde pueda cuestionarse la continuidad de un mandatario, lo que sirve de medio de control político ciudadano, pero a título personal esa figura constitucional se tergiversó, pues lo que debió ser un ejercicio revocatorio se promocionó como ratificatorio por partidarios del presidente.