Pura coincidencia
“Desde el jardín” es una película de 1979 protagonizada por el genial Peter Sellers...
“Desde el jardín” es una película de 1979 protagonizada por el genial Peter Sellers, entrañablemente recordado por su interpretación del inepto detective Jacques Cluseau en los filmes de “La Pantera Rosa”. En esta desconcertante película, basada en la novela “Being There” o “Estando ahí”, de Jerzy Kosinski es una peculiar visión de la política o de la percepción mediática que suele dar trascendencia o dotar de un halo de misterio a lo que no lo lleva.
En este filme, un amable jardinero con cierto retraso mental queda desposeído y vagabundeando con su traje impoluto y su paraguas anticuado luego de la muerte de su patrón. El inocente hombrecillo, cuyo único contacto con el mundo real es la tele no sabía ni cruzar una calle, por lo que es atropellado por la limusina de uno de los más cercanos asesores del presidente de Estados Unidos que, apenado por el suceso, le acoge bajo su techo.
Ahí empieza la enigmática relación entre el poderoso político, su círculo cercano y este misterioso caballero de impecables modales pero que responde a todas las preguntas con frases simples sobre plantas, estaciones climáticas y abono pero que sacadas de contexto parecían verdaderas premoniciones.
La clase gobernante empieza a ver a Chauncey Gardiner (ni siquiera su nombre, sino lo que alcanzó a balbucear al ser atropellado) como un tipo extraordinariamente sabio. Lo que eran frases de jardinería o sacadas de los programas más populares de tele fueron “traducidas” por los poderosos que lo rodeaban como claves secretas o misteriosos juicios sobre las personas o sobre la política.
Una simple respuesta de “las rosas no crecerán este año” o “ese hombre trae barro fresco en los zapatos” eran inmediatamente tomadas como algo enigmático y ponía a medio mundo a intentar dilucidar qué demonios habría querido decir Gardiner.
Una plática con el embajador ruso se tornó en un intercambio de palabras donde el diplomático se devanaba la cabeza en lo que él creía era un juego de frases secretas al más alto nivel de espionaje para indicar un cambio inminente en la política entre ambas naciones en plena Guerra Fría.
Y así Gardiner empezó, sin siquiera darse cuenta, a ascender al más alto nivel. En programas de televisión sobre política empieza a decir cosas simples sobre jardinería o sobre el comportamiento discreto que debería tener un jardinero que de inmediato eran interpretadas como genialidades sobre política.
Tras la muerte de su accidental mecenas, para colmo es abordado sexualmente por su viuda (interpretada por Shirley Mclane) para seguir vinculada a un mundo de poderosos, obviamente no atinó a nada con la ilusionada señora.
La prensa se retorcía en deducir qué significaban las frases enigmáticas y sin sentido de Gardiner y empiezan, al no tener nunca una respuesta clara o razonable de él a dotarle de trascendencia premonitoria o de sabiduría pues “algo tiene que tener en mente”.
Obviamente al final Gardiner, sin saberlo, se encumbra tanto que empieza a vislumbrarse como el futuro presidente de Estados Unidos. Y así, todos enceguecidos, seguían hipnotizados por las “lapidarias” expresiones de este pobre hombre cuando realmente eran simples sandeces de un hombre sin sesos. Sandeces y nada más...