En Chetumal no dan una

Las circunstancias enfrentadas por la administración de Otoniel Segovia Martínez...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Las circunstancias enfrentadas por la administración de Otoniel Segovia Martínez no son las mejores. Los problemas heredados y la escasa solvencia financiera son obstáculos permanentes en una Comuna ya fatigada por tantos lastres. Es verdad. Pero a él y a sus allegados les ha faltado tino, por decirlo sutilmente. No han tenido esa destreza para actuar, responder o callar frente a situaciones complejas en lo que lleva de ejercicio, dificultando su mal pasar.

Algunos le llaman falta de experiencia, y otros, poca voluntad. Lo que sea (considerando una combinación de todo), han arrinconado a las autoridades de una capital que ha tenido inclusive “mala suerte” con sus gobernantes al menos de la última década. Pintaba para buena la aventura iniciada por don Hernán, un caballero en toda la extensión de la palabra, repiten quienes le conocieron a fondo; pero los “hubiera” no existen. Menos en política.

En ese ambiente adverso rindió ayer el primer informe de labores quien asumió en calidad de suplente, aunque hace mucho debió asumirse como titular; es decir, con propiedad, lúcido, determinante y sensato. Ha preferido, sin embargo, una brecha llena de baches y desfondes, muy parecida a la fisonomía de ciertas colonias. De no haber sido por el recurso millonario del gobierno del estado, calles y avenidas seguirían impresentables. Algo ha mejorado.

Dicho panorama un tanto desalentador es conocido obviamente por los othonenses y comentado allende sus fronteras. Por eso la pregunta crucial es: ¿cómo salir del trance? Se coincide en que el presidente municipal debiera optar por el diálogo con las demás autoridades de su ayuntamiento, coordinarse con los otros dos niveles y no escuchar a pésimos consejeros que le hacen comprar pleitos ajenos.

Eso de tener a un Cabildo encima, a un equipo rebelde que antes le juró lealtad y sobreexponerse en asuntos que no competen a su función legal (por motivaciones de su secretario particular Luis Gamero y de sus “amigazos”, por ejemplo), no le permitirán desenvolverse mejor, aun cuando regule el tino e incremente la voluntad. Es que lamentablemente se trata de su reprochable actitud en el servicio público, lo cual es imposible ignorar.

La bella capital y sus habitantes no tienen la autoridad que merecen. Por supuesto que no. Lo mismo se podría decir de otros municipios, pero la situación de Othón P. Blanco preocupa por distintos motivos, incluyendo su posición geopolítica como frontera internacional.

Lo más leído

skeleton





skeleton