Imposible negar que toda actividad artística esté asida en el desarrollo del ser humano desde siempre y establezcan una recompensa cerebral muy natural y necesaria para el aprendizaje.

La práctica de cualquiera de las manifestaciones artísticas lleva un componente emocional que nos motiva y nos permite contemplar el mundo que nos rodea desde una perspectiva diferente, más estética, más profunda.

La educación artística es indispensable porque permite, a quien la realiza, toda una serie de competencias socioemocionales básicas para su desarrollo personal que, además, les hacen más felices. Y ese es el verdadero aprendizaje que necesitamos, ese que nos prepara para la vida.

El cerebro humano como órgano complejo y en continua reestructuración, agradece los retos y necesita el arte.

Por ejemplo, los beneficios de tomar clases de teatro directamente con las materias curriculares son muy importantes, y logran un verdadero desarrollo integral de la persona.

Convierte los conceptos abstractos en conceptos concretos. Aborda los contenidos curriculares desde una perspectiva más atractiva. Mejora el vocabulario. Acerca el aprendizaje al mundo real.

Fomenta la tolerancia y el respeto por los demás. Mejora su autocontrol y su autoestima. Suministra un sentimiento de libertad acompañado de responsabilidad.

Y está comprobado que alumnos con dificultades para el aprendizaje o para relacionarse socialmente con los compañeros, adquirían toda una serie de competencias interpersonales a través del teatro que les hacían mejores alumnos y, sobre todo, personas más felices.

La música produce bienestar al estimular nuestro sistema de recompensa cerebral que libera dopamina, haciéndonos sentir muy bien. Es beneficioso desde la perspectiva emocional escuchar música, pero desde la perspectiva cognitiva es mejor practicarla.

La activación simultánea de áreas sensoriales y motoras al tocar un instrumento musical, conlleva la mejora de capacidades generales como la memoria de trabajo y la atención. Y, según muchos expertos y este servidor, nos hace más inteligentes. Hasta la próxima semana.