Nuevas estrategias

Desgraciadamente o afortunadamente, esto que comentaré es una realidad...

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Desgraciadamente o afortunadamente, esto que comentaré es una realidad. Los médicos, los abogados, los arquitectos, los ingenieros y todas las profesiones tradicionales, por nombrarlas de alguna manera, tienen la obligación de tener una metodología de mercadotecnia si quieren permanecer en el mercado, y si quieren tener el ingresos que les mantenga el nivel de vida acostumbrada.

La pregunta es, que si ellos que con sólo nombrar su profesión la gente entiende de qué se trata ¿por qué los artistas no lo hacemos?

Nos quejamos de lo mal que le va al medio artístico y cultural, pero muy pocos artistas nos diversificamos dentro de nuestra disciplina sin la necesidad de cambiar de giro.

Podrán tener un instituto renovado, un sindicato con nuevos horizontes, una secretaría con nuevos bríos, cero corrupción dentro de los anteriores y la manga del muerto, pero si no activan su mercadotecnia personal no va a pasar nada, y será un verdadero suplicio vivir del arte.

El señor Mecenas y la familia Medici ya no existen, y los gobiernos actuales del mundo entero ya no son las cortes europeas amantes del arte, y aún en esa época el que mejor se vendía gozaba de mayores beneficios, aunque nadie supiera que estaban haciendo mercadotecnia de alto nivel.

El mecenazgo existe y es una realidad, pero de otra forma, y debemos acostumbrarnos que el pasar el sombrero y organizar una coperacha para la realización de un proyecto se ve antiprofesional, vulgar y pasado de moda.

Existe un documento llamado Cluni que permite tener acceso a un sinfín de recursos federales, pero para ello se debe tener una ONG (Organización No Gubernamental), o una OSC (Organización de Sociedad Civil).

Están exigiendo que los institutos les provean recursos pero les tengo una noticia, ellos no tiene presupuesto y tampoco son ONG ni OSC. Así que les va a costar trabajo.

Si cualquiera de los institutos culturales del estado tuviera personalidad jurídica y no sólo de nombre, podrían tener acceso a muchos recursos, pero ni los que están a cargo, ni los que exigen saben cómo obtener recursos, ni existe la voluntad política para hacerlo y así ni cómo ayudarlos. Estoy a sus apreciables órdenes. Hasta la próxima semana.

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