Marx y Borlaug, el genocidio versus el humanismo
En mis años de universitario, durante las clases de ciencias sociales fui obligado...
En mis años de universitario, durante las clases de ciencias sociales fui obligado a estudiar a Karl Marx como un filósofo de renombre, impulsor de materialismo dialéctico y creador de la teoría del comunismo científico. El egocéntrico barbudo que más tarde terminó en los escudos y carteles de cuanta sociedad totalitaria de ultraizquierda hubiese en la tierra proclamó que para alcanzar su utopía de sociedad perfecta había que pasar por una serie de fases de desarrollo social, la primera de las cuales era el Socialismo. Ahí fue donde la utopía dulce de la sociedad perfecta mostró su verdadera naturaleza como el caldo de cultivo para los peores experimentos sociales que tristemente asolaron decenas de naciones. La implementación del socialismo en Rusia motivó la aparición de personajes tan nefastos como Vladimir Ulianov, más conocido como “Lenin” y su terrible sucesor, Iosif Stalin, verdaderos genocidas responsables de la muerte de millones de sus compatriotas y de otras nacionalidades.
Stalin y su política exterior fueron culpables de los suministros a la Alemania nazi que le permitieron la invasión de Holanda, Bélgica y Francia. Todo esto mientras el paranoico tirano purgaba lo mejor de su ejército y de su pueblo provocando más de 7 millones de muertos dentro de su tierra, dejando su país a merced de la invasión alemana que a la larga le costó 20 millones más de muertes. Como el ejemplo de Rusia también está el socialismo marxista de Mao Tse Dong, que en China provocó la muerte de 40 millones de chinos durante el “Gran Salto Hacia Adelante”, Pol Pot y su genocidio socialista en Kampuchea y muchos otros seguidores de la terrible teoría que parece que la humanidad insiste en olvidar. En fin, Marx fue el responsable de la divulgación de un método de gobierno que hoy en día sigue ocasionando muertes a 101 años de su primera implementación. Se calculan en más de 200 millones las vidas perdidas a causa de la barbarie comunista y la cifra sigue subiendo.
Me resulta curioso que casi todos conozcan a Marx, Stalin, Castro, Chávez o Maduro y sin embargo personas de la talla de Norman Borlaug no se estudien y se les nombre calles y ciudades en su memoria. Borlaug fue el responsable, precisamente en Sonora en 1945, de la creación de variedades resistentes de trigo y de métodos revolucionarios que permitieron la masificación de los cultivos en todo el mundo. A pesar de las cifras de hambruna que hoy en día tenemos, nadie menciona el curiosísimo hecho de que es el porcentaje más bajo de la historia de la humanidad, incluso menor que la cantidad de obesos, gracias a Borlaug y su trigo. Aunque suene inverosímil, la ingeniería y los métodos de Borlaug, han salvado según cálculos conservadores, más de 1000 millones de vidas y al igual que los muertos por los métodos de Marx, la cifra de salvados sigue subiendo. Sin embargo, a excepción de las universidades de agronomía, no se les enseña a los jóvenes la labor de gigantes como el sencillo Norman Borlaug y su humanismo sin paralelo. A todos se nos viene la imagen de un barbudo con pelo alborotado cuando se menciona a Marx pero el nombre de Norman E. Borlaug no se conoce mucho: lamentable.