Comienza abril, el de los arranques: el 15 empezarán las campañas locales para los ayuntamientos y las diputaciones, así es que los próximos días serán para definir las candidaturas tanto de partidos como coaliciones. El borrador es conocido.

Por estas fechas las acciones afirmativas son procesadas con rigor para evitar dificultades mayores, porque todo lo demás está "planchado"; y aun cuando podría haber sorpresas, no alterarán demasiado el escenario previsto hasta ahora con respecto a los nombres y el tipo de candidatura asignada.

Es de los arranques, porque las candidaturas federales se empalmarán con las locales, en lo que implica una estrategia necesaria para llegar al electorado de manera natural y concreta. Deberán traducir los compromisos de campaña y aterrizarlos. El fin es convertir las promesas con argumentos más cercanos a la vida de Quintana Roo.

Las cuestiones específicas cobran relevancia en esa etapa y desde ya afinan la narrativa en los "cuartos de guerra". "Se van a subir" es una expresión recurrente: se refieren a que los candidatos federales llegarán a los templetes de los locales para aprovechar las audiencias, las caminatas y los equipos. Se ensamblan. Todo ello pasa, también, por un detalle financiero.

La 4T lo justifica con el llamado Plan C, que busca ganar la mayor cantidad de espacios. Así, la "ola" tiene un fondo político y mostrarse juntos, en unidad, es una opción orgánica.

En la oposición, sea Fuerza y Corazón o Movimiento Ciudadano, los planes apuntan a los mismos objetivos que en el oficialismo: maximizar el impacto, articular las estrategias, dinamizar el proselitismo y ganar adeptos.

Ello supone que los despliegues de los equipos serán más visibles en los municipios con más distritos: Benito Juárez y Solidaridad, principalmente; pero Othón P. Blanco y Cozumel no se quedan atrás debido a la relevancia histórica que poseen. La oposición allí no baja los brazos y potenciará su presencia en el transcurso de las semanas por venir.

Al 15 de abril, los federales llevarán 45 días de actividad, la mitad de los 90 que permite la contienda nacional. Será un parteaguas. Será el campanazo real. Para no pocos significa la recta final, ya con la mirada puesta en el 2 de junio. A esperar la confirmación de las fichas en el tablero y que comience el juego.

Suenan cada día más fuerte los "tambores de guerra" en Quintana Roo.