Morena y su forma de hacer política

“La elección de consejeros fue un éxito, y aquel morenista que diga que hubo acarreo y compra de votos está favoreciendo a la derecha”...

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“La elección de consejeros fue un éxito, y aquel morenista que diga que hubo acarreo y compra de votos está favoreciendo a la derecha”, fue la desafortunada declaración del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, quien así pretende tapar el sol con un dedo, quiere salvar lo insalvable y, lo peor, pretende verle la cara a los mexicanos.

Se trata de una terrible señal de lo que pretende Morena para el país y su gente. El partido en el poder quiere competir contra lo que llama “la derecha” (o conservadores, o fifís…) eludiendo así su obligación de dignificarse, de limpiar el basurero al interior y sólo se preocupa porque los opositores no avancen.

Dentro de Morena, entonces, se pueden hacer todas las marrullerías, todas las trampas, todas las tranzas, pero “que nadie se entere, que nadie diga nada, porque entonces se favorece a la oposición, a los adversarios”.

Aquí el problema no sólo es Morena, sino que es el partido que gobierna al país y a 21 estados.

Que no se preocupe tanto Mario Delgado. Todas las trampas se supieron desde antes del día de la elección de consejeros. Días previos ya se anunciaba la compra de conciencias, el voto corporativo, y por supuesto el acarreo, al más puro estilo del PRI.

Es decir: Desde antes se anunció y el día de la votación se ejecutó. Se sabía y no lo pudieron contener. Morena se ha convertido entonces en una bola de nieve, en un doctor Frankenstein que ya no puede detener al monstruo que creó, que le dio vida con partes de todos los partidos políticos.

Y tiene parte de razón, pues con todo el cochinero que se realizó, y que además fue vox populi en el mismo momento en que se ejecutaban las marrullerías, debe ser aprovechado por los adversarios.

Aunque en realidad estos siguen en la modorra.

Con ello se confirma y se avanza en lo que cada vez suena más fuerte: “No es lo mismo Andrés Manuel López Obrador a Morena”. Mientras el presidente se mantiene en un óptimo nivel de posicionamiento, de aceptación ciudadana, el partido de su creación sigue bajando escalones, producto de la impericia, de la ambición y del ponerse sólo el pie para tropezar.

La dirigencia de ese partido político debe entender muy bien que siempre habrá una diferencia, una distancia entre el gobierno y el Morena, que el primero es el que regala dinero, no el instituto político, y que por ello, millones agradecen a AMLO, no al partido.

Y aun cuando el presidente seguirá haciendo campaña a favor del guinda, llegará el momento en el que el niño deberá caminar sólo, y para ello no tarda mucho: En el 2024 AMLO no aparecerá en la boleta, y si Morena sigue confiado y sigue dando bandazos como el de hace unos días, en efecto, se favorecerá a la oposición.

Si bien lo ocurrido el día de la elección de consejeros fue una lamentable muestra de lo que en realidad es Morena, su dirigente terminó de regar el tepache, de abonar el desprestigio, pretendiendo acallar a sus militantes para que la gente no se entere y con ello evitar favorecer a la derecha.

Lo mejor en este caso, era hacer mutis y ponerse a trabajar al interior de un partido que está hecho un muladar.

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