Motricidad fina
Para interactuar con nuestro entorno, desarrollamos desde muy pequeños nuestro sistema psicomotor...
Para interactuar con nuestro entorno, desarrollamos desde muy pequeños nuestro sistema psicomotor. Este sistema tiene que ver con las habilidades que van creciendo durante toda la infancia, hasta que el sistema nervioso central madura, lo que nos permite tener un dominio sobre cada parte de nuestro cuerpo.
Este control se manifiesta de 2 maneras: La motricidad gruesa, que es la capacidad de controlar la totalidad de nuestro cuerpo para realizar actividades como caminar, correr, girar, saltar, etcétera; y la motricidad fina, que es el conjunto de actividades que realizamos específicamente con las manos, para las cuales debemos tener control óculo-manual, como, por ejemplo: pintar, recortar, coser, moldear, tocar un instrumento musical entre otras tareas.
Está demostrado que existe una relación entre el desarrollo de la motricidad, la música y el ritmo. Las personas que han estado en contacto con la música desde muy pequeñas (antes de los 7 años) poseen una parte anterior del cuerpo calloso (en el cerebro) más desarrollada que quienes no lo han estado.
Esta parte del cerebro que logra un mayor desarrollo está relacionada con lo motor y la coordinación de actividades con ambas manos. Como ejemplo puedo decir que cuando los niños pequeñitos siguen el ritmo, al escuchar una canción, esta les permite controlar gradualmente los movimientos de su cuerpo.
De ahí la importancia, en los primeros años, de cantar canciones haciendo mímicas, explorar y jugar con instrumentos musicales e incluir la música hasta en las actividades más simples, como la hora de dormir, de bañar a los niños y demás actividades.
Si se tiene la posibilidad de practicar un instrumento musical, se desarrollará más ampliamente la motricidad fina.
Esta nos va a permitir realizar tareas que demandan mayor atención y una conexión simultánea entre lo que vemos y hacemos con las manos. Todos los instrumentos demandan una correcta utilización de los dedos en la tecla que les corresponde.
Con la práctica de un instrumento, perfeccionan el movimiento y estimula el cerebro. Hasta la próxima semana.