Mujeres en la IP
Las mujeres han ganado terreno en la esfera pública. Una muestra indesmentible es que México eligiera...
Las mujeres han ganado terreno en la esfera pública. Una muestra indesmentible es que México eligiera en junio a la primera presidenta de la historia. En Quintana Roo es la misma realidad: Mara Lezama es la primera gobernadora, son mayoría en el Congreso del estado y seis de 11 son presidentas municipales, entre otros ejemplos. La legislación y los criterios ayudaron a consolidar el piso parejo. ¿Ocurre lo mismo en la iniciativa privada?
En el sector privado falta por hacer. Se ven casos de éxito, con Elibenia Pineda en el Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias (CCME), Angélica Frías en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y Laura Gómez en Mujeres Conectando, por citar sólo tres. Son instancias donde crece la participación de hombres, con incidencia en el ámbito público y activismo en asuntos ecológicos, deportivos, culturales o sociales, más de los negocios, el emprendimiento o la innovación tecnológica. Pero, vale repetir, falta por hacer.
Las pruebas son: en ciertos organismos nacionales ninguna mujer ha estado al frente en años y algunos caballeros han cuestionado la dirección de las mujeres en áreas clave. Los ejemplos se cuentan por montones. Quienes recurren a los conceptos típicos de estos tiempos les llaman, a dichas actitudes reprochables, “micromachismos”.
Por ello las mujeres de la IP apuestan por las alianzas estratégicas; por la colaboración en ramos donde coinciden por vocación o afinidad, y por fomentar el empoderamiento desde la base, para poder avanzar en lo privado y, desde ahí, influir tarde o temprano en lo público. Cursos, talleres y convenios son pilares del “crecimiento en equipo”.
El panorama podría cambiar a su favor. La llegada de la primera presidenta, desde el próximo 1 de octubre, será un aliciente inmejorable, un parteaguas en la historia, que tendrá impactos en todos los rubros del desarrollo nacional. Así se ha constatado en países donde las mujeres se convirtieron en la primera autoridad.
En redes sociales, hace no mucho tiempo, se elogió a la astronauta Katya Echazarreta González, la primera mujer mexicana en viajar al espacio exterior. Se leyeron entonces comentarios que, si bien eran irónicos, contenían una alta carga de optimismo realista: “Ya nadie nos prometerá llevarnos a la Luna, ahora llegamos solas. Llegamos todas contigo”.
Se consuman hechos concretos que motivan a las mujeres de todos los sectores, incluido el privado.