Arrastrados a la insolvencia por el saqueo infame al que han sido sometidos, los ayuntamientos sureños de José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco operan en números rojos y sus alcaldes se han visto obligados a hacer malabares con los recursos disponibles para cubrir el gasto corriente y los intereses de las pesadas deudas heredadas, unas más graves que otras.

La semana pasada, durante la celebración de la tercera audiencia pública del gobernador Carlos Joaquín González en el municipio maya de José María Morelos, el alcalde priista José Baladez Chí aprovechó la presencia del mandatario y de su brazo derecho encargado de las finanzas estatales, Juan Vergara Fernández, para pedir un salvavidas financiero, presentando una radiografía de los malos manejos de su antecesor y correligionario, Juan Parra López, quien atentó contra los empleados municipales al endeudarlos con 60 millones de pesos que fueron retenidos de sus sueldos pero que nunca llegaron a sus destinos.

En idéntico “modus operandi” al ejecutado por el ex gobernador Roberto Borge y su camarilla en perjuicio de miles de burócratas estatales, el ex edil morelense aplicó los descuentos de hasta el 30 por ciento del salario de sus empleados por conceptos de pagos al Issste, al Fovisste y a empresas crediticias, pero el dinero nunca fue pagado, colocando a los inocentes trabajadores en la lista de morosos del buró de crédito y en riesgo de sufrir embargos.

La bronca le reventó a “La Cheya” Baladez, quien bajo intensa presión no le quedó de otra que pedir auxilio. Al parecer su solicitud no cayó en saco roto, pues Juan Vergara declaró a un medio local que el gobierno estatal tenderá la mano al municipio de Morelos para sacarlo de las arenas movedizas de la deuda.

En Felipe Carrillo Puerto y Othón P. Blanco (Chetumal) la situación también es grave, y sus alcaldes, la priista Paoly Perera Maldonado y el ex priista Luis Torres Llanes, navegan en una situación crítica y han recurrido a los adelantos de participaciones para no ahogarse.

Pero aunque la quiebra financiera de los municipios es más que evidente, ninguno de los responsables inmediatos del desastre ha sido llamado a cuentas, pues Juan Parra (Morelos), Gabriel Carballo (Carrillo Puerto) y Eduardo Espinosa Abuxapqui (Chetumal), andan bien campantes disfrutando de sus cuantiosas rentas.

A pesar de la presión de algunos regidores y de la sociedad civil para investigar en serio a los exalcaldes, las escasas denuncias presentadas no han surtido el menor efecto.