No, Morena no es culpable
No, Morena no es culpable. No, Morena está en su papel y aprovecha el campo fértil para mantener y ejercer el poder a sus anchas...
No, Morena no es culpable. No, Morena está en su papel y aprovecha el campo fértil para mantener y ejercer el poder a sus anchas. No, no es el culpable en cumplir caprichos sin importar consecuencias.
Y tampoco ha mentido, claro que no, quien hoy ostenta el poder lo dijo fuerte y claro: “¡Al diablo con las instituciones!”, entre las que se incluyen los tres poderes, la democracia, los derechos humanos, la educación, la salud… Y por si no quedó claro, arremetió: “¡A mí no me vengan con que la ley es la ley!”
Entonces que nadie se diga sorprendido.
La madrugada de este miércoles, el Senado de la República aprobó en lo generar y en lo particular la Reforma al Poder Judicial. Horas antes no se sabía si el partido oficial contaría con los votos suficientes, ya que para modificar la Constitución necesitaba de 86 senadores y contaba con 85. Faltaba uno, uno sólo, y mientras que el panista Miguel Yunes Márquez operaba como el esquirol, en Campeche detuvieron al padre de un legislador más, para mantenerlo cautivo en esta entidad.
Así, pues, logró la mayoría calificada y con ello, cumplir con el “regalo” al presidente saliente. Pero en realidad ¿le extraña esa forma de operar? ¿Le extraña de un Senado presidido por un individuo cuyo único capital político fue el amarrarse a los postes, en supuesta señal de protesta?
No, nadie se puede decir sorprendido. Eso es lo que ha habido históricamente en México: La total falta de ideología, de convicciones, de valores, de principios. La moral en este país es una simple mata de moras.
Es más simple: Lo que está haciendo Morena es operar de acuerdo a lo aprendido y potencializarlo, llevarlo a los límites del absolutismo. Los votos obtenidos se lo permiten.
Y la población, la gente tampoco es la culpable. Se trata de una sociedad avasallada, demolida, educada en la escuela sólo para obedecer (nunca para aprender y menos para crear liderazgos) y, lo peor, hoy con miedo, con el miedo provocado por una violencia que la arrincona, que la inmoviliza y que la somete.
Una población con hambre, con sed que hoy recibe una micro-ayuda, que si bien en poco o nada la rescata ni modifica su estrato, ésta agradece “porque eso no nos daba el PRIAN”, y así “vende” su conciencia sin condiciones a la hora de postrarse frente a la urna.
Esa es la tierra fértil que hoy aprovecha Morena, que la usa y que se atreve a asegurar que “la Reforma al Poder Judicial va, porque es mandato del pueblo”, cuando en realidad la inmensa mayoría de la gente no sabe –ni le interesa- qué es el Poder Judicial, no sabe, al grado que hay quienes afirman que ni siquiera todos los diputados ni todos los senadores tienen ese conocimiento bien claro, pero (of course) levantan su manita. Así siempre ha sido.
Incluso los políticos tampoco son los culpables. Así lo aprendieron, operan siempre bajo la traición, el oportunismo, la conveniencia propia, jamás para bien del país ni de su gente… Eso ha sido siempre, y eso que tanto satanizan hoy los del PRIAN, lo hicieron ellos mismos durante décadas. Eso es Morena, una réplica del pasado más rancio, sí, y lo multiplicó pese a prometer un cambio… ¿un cambio, una transformación? Jaja.
Y la oposición se rasga las vestiduras, cuando en realidad no existe oposición, ésta se encuentra “moralmente derrotada”, como bien la sepultó López Obrador y como bien lo aprendió el PRIAN.
Entonces nadie tiene la culpa, esto es parte de la inercia, de una eterna maldición que sólo ahora se ha acentuado. Y que tampoco nadie se diga sorprendido por el quehacer político en este país, un país que nuevamente morderá polvo.
Sólo eso… pero, no importa, México ya está acostumbrado (sólo que ahora con su micro-ayuda bimestral).