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La pregunta más común que siempre me hacen es ¿y realmente que hace un director de orquesta? La gente piensa que mover la batuta o el palito como dicen es la farsa más grande de la historia y no tiene caso tener a nadie frente a una orquesta. El director realmente es quien está interpretando la obra y su instrumento es la orquesta. Para ello él tiene que tener un conocimiento amplio del funcionamiento de cada instrumento y con esto no estoy diciendo que sabe tocar todos. La vida no te da para tocar dos instrumentos (cuando hablamos de tocar en serio) y los hombres orquesta no existen. La partitura que lee el director tiene tantos renglones como secciones o familias de instrumentos tenga la orquesta dependiendo de la obra a interpretar y prácticamente el compositor define el tamaño de la orquesta. Cada músico está leyendo una partichela y esa partitura tiene únicamente lo que él va a tocar y nada más. Así que el director tiene la visión de todo lo que sonará y el decide si acelera o disminuye la velocidad así como la modulación de volumen de cada sección y por ende de la orquesta en su totalidad. Él marca el tiempo con la batuta y también puede indicar la entrada de tal instrumento o la reducción individual del volumen o lo que él crea conveniente para que la obra suene como él la concibe. Podemos ir a comprar un disco de música clásica y lo primero que nos preguntaran es por qué director queremos la obra ya que puede haber tantas versiones como directores porque ellos ponen su toque y de ahí la genialidad y el aplauso al salir al escenario y al terminar la actuación sin haber dado ni una sola nota. Sencillo pero complejo. Por tal motivo todos procuramos tener a los mejores músicos en cada atril y por supuesto con el mejor instrumento de su tipo para que esto influya notablemente con el sonido muy particular que tiene cada orquesta y que el director acaba poniéndole su sello muy personal. Yo les tengo un respeto excepcional a todos y cada uno de los músicos que conforman las agrupaciones que me honro en dirigir y mi obligación es ganarme el respeto de todos ellos generando mejores condiciones laborales, ensayos divertidos sin perder la misión de llegar a tocar lo mejor siempre y todo esto a la larga crea una armonía inigualable que da un sonido único haciendo que la mejor música se haga entre amigos. Hasta la próxima semana.

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