Tambores de guerra en Bacalar
Las tranquilas aguas de la laguna de Bacalar sufren una inusual agitación.
Las tranquilas aguas de la laguna de Bacalar sufren una inusual agitación por la temporada electoral, pues los cinco candidatos a la alcaldía alistan la artillería para enfrascarse en una batalla de pronóstico reservado, ya que no hay aún un claro favorito.
Hasta el momento, los aspirantes que más han acaparado reflectores y que se ven como los rivales más fuertes son el alcalde turquesa Alexander Zetina Aguiluz, quien sin dejar las riendas de la presidencia municipal buscará la reelección cobijado por la coalición PRI-PVEM-Panal, y la ex priista Nelia Uc Sosa, candidata lanzada al ruedo por el Frente oficialista con la misión de echar al turquesa del Palacio Municipal.
Sin reparar mucho en los otros rivales, Alexander se ha lanzado con todo contra su rival “joaquinista” lo mismo con memes punzocortantes distribuidos de forma impresa en la cabecera municipal que con publicaciones en redes sociales para desacreditarla, aunque Nelia no se ha quedado de brazos cruzados respondiendo el fuego con duras notas y filtraciones sobre presuntos actos de corrupción del ex líder del SNTE que aparecen en diversos medios impresos y digitales.
Esta tensión no es casual, ya que los números que tienen en su poder ambos candidatos dejan claro que a punto de arrancar la campaña electoral son los dos “punteros” en la intención del voto en el décimo municipio sureño.
Pese a ello, hacen mal en distraerse en una pulseada entre dos cuando la batalla es campal y hay otros candidatos de alto peligro, como Rivelino Valdivia Villaseca –abanderado de la coalición Morena-PT que viene fuerte gracias al efecto AMLO– y Trinidad Guillén Núñez, quien fue lanzada de último minuto por el PES y que cuenta con el respaldo de la dupla colmilluda de Juan Manuel Herrera y Román Guzmán, líderes de la Unión de Ejidos y expertos en marrullerías electorales.
Tampoco pueden hacer de menos al independiente Prudencio Balam Alcocer, personaje muy conocido por los bacalarenses cuyo potencial electoral es un enigma, pero en un descuido se puede convertir en un factor de desequilibrio para los otros candidatos, incluyendo al propio Alexander quien supuestamente apadrinó sus aspiraciones para perjudicar a las coaliciones rivales sin meditar en que al final el tiro le podría salir disparado por la culata.
A dos semanas del campanazo inicial de las campañas, bélicos tamborazos se escuchan fuerte por toda el área de la laguna de los siete colores, anticipando una refriega “todovale” de alta competitividad.