Oposición entregada
Para la 4T, y por añadidura para los gobiernos con su sello, ha llegado un escenario claramente inmejorable: la oposición es casi nula...
Para la 4T, y por añadidura para los gobiernos con su sello, ha llegado un escenario claramente inmejorable: la oposición es casi nula. En el reciente informe de la gobernadora Mara Lezama se comprobó la tibieza de quienes abanderan otros proyectos políticos, derrotados en las urnas y en el discurso.
En el Congreso, por ejemplo, el lunes abundaron las ideas sobre “unidad”, “crítica constructiva”, “oposición responsable” y otros que reflejan la falta de fortaleza o razón. Uno que otro cuestionamiento aislado, y nada más. ¿Impávidos ante los logros del oficialismo? ¿Ausencia de proyecto convincente? ¿En verdad poco o nada que decir?
El informe de la gobernadora fue un éxito antes del mediodía, lo ganó en el recinto legislativo horas antes de pararse en la explanada, porque los tres legisladores que subieron a tribuna adoptaron una actitud mesurada. Obviamente la culpa no es de los que tienen el poder.
Así llega Mara al tercer año de su mandato, el de la consolidación. Así llegan las nuevas 11 administraciones municipales (la mayoría con reelección). Así llega el nuevo gobierno de la república (con presencia activa en el estado), en manos de Claudia Sheinbaum.
Las bases del proyecto en el estado están firmes, durante dos años las cimentaron los representantes del movimiento y la ciudadanía con su voto. Las figuras del proyecto que nació con Mara el 2018 ocupan cargos relevantes, ganados a pulso como alfiles de dicha consolidación: Jorge Sanen, en el Congreso; Heyden Cebada, en el Poder Judicial; Anahí González y Eugenio Segura, en el Senado; Humberto Aldana, en la Cámara de Diputados, así como una larga lista de quienes aportan a la causa desde hace años en diversas trincheras.
Pero, aun así, la oposición debe responder. A más de tres meses de las elecciones del 2 de junio la reacción es lenta y débil. No han podido articularse internamente y el contacto entre los aliados se redujo a lo esporádico. Además, es notorio el descontento generalizado con sus dirigencias nacionales.
Ocupan hoy temas coyunturales, no de fondo ni estratégicos, para no desaparecer del todo en los debates públicos. Lo mismo en el MC que en el PRI y el PAN. Por sí misma, la oposición no ha sido capaz de ganar ni de reorganizarse.
Dejaron todo espacio de poder en “charola de plata” y no se advierten cambios profundos en el corto plazo.