Oyes o escuchas

o es lo mismo oír que escuchar y aunque disponemos de todos los adelantos tecnológicos posibles...

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No es lo mismo oír que escuchar y aunque disponemos de todos los adelantos tecnológicos posibles, hemos perdido la capacidad de escuchar con atención la música. No hace falta ser un melómano empedernido para mejorar el disfrute (y entendimiento) de la música que escuchamos. Si las personas que vivían a principios del siglo XX pudiesen ver los adelantos tecnológicos de los que gozamos, se quedarían sorprendidos.

Con estos adelantos sí, oímos mejor, pero durante todo este tiempo hemos perdido la capacidad de escuchar. Ya podemos contar con toda la tecnología posible, pero si no aprendemos a escuchar, nuestra relación con la música no pasará de lo superficial.

La música a un volumen bajo sirve para ambientar una estancia y no interferir en las conversaciones, pero no sirve para escuchar todos los matices de una composición musical. Nuestro sistema neuronal se activa cuando nos fijamos en la letra de una canción y funciona distinto cuando escuchamos una melodía.

Al procesar la letra se ponen en marcha las mismas zonas del cerebro que sirven para reconocer palabras y procesar imágenes visuales. En definitiva, atender tanto a la melodía como a la letra proporciona una experiencia más completa. Sube el volumen de la música.

Existe música de fondo (oír) y existe música para escuchar. Solo no debemos abusar del volumen alto. Otra cosa que se recomienda es bailar. La lógica parece dictar que la mejor forma de estar concentrados en la música es estar quietos; a poder ser, a gusto en casa, sentados en el sillón, plenamente relajados. Pero eso no tiene por qué ser verdad; ya que existe una estrecha relación entre la danza y diversos procesos cognitivos que implican también lo visual.

Al fin y al cabo, prestamos más atención al ritmo de una canción que en el momento en que estamos obligados a mover nuestro cuerpo. Creo que debemos abrir más las posibilidades para realmente escuchar y no simplemente oír, así que pongamos más atención y esto se convertirá a la larga en un hábito que nos hará entender y disfrutar más la música. Hasta la próxima semana.

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