Tras la aprobación al vapor por parte del Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) para el reconocimiento y fiscalización de las organizaciones políticas que pretenden convertirse en partidos estatales y competir por algunas posiciones en 2018, el marco jurídico electoral quedó definido y estas agrupaciones, algunas plenamente identificadas con los partidos “grandes”, arrancarán de inmediato con el trabajo proselitista para reunir los militantes que exige el requisito.

Son media docena de minúsculas células políticas las que pretenden dar el salto a partidos estatales, lo que les daría la posibilidad no solo de competir por alguna posición de elección popular local en el 2018, sino también de venderse como mercenarios electorales con los partidos preponderantes a cambio de puestos y otros beneficios.

De estos grupos, al menos dos están ligados a la figura del ex alcalde de Cancún, Gregorio Sánchez Martínez, cuya polémica carrera lo ha llevado a ser un político multicolor, pasando por el PRD, PT y recientemente en Encuentro Social, del cual fue candidato el año pasado a la presidencia municipal de Benito Juárez (Cancún).

Ahora Greg Sánchez está lanzando una nueva estrategia impulsando a la fundación que creó cuando fue alcalde de Cancún y que lleva sus iniciales, “Generando una Sociedad Mejor”, por medio de uno de sus ex colaboradores, Jesús Elizalde Pérez, y también tiene metidos sus tentáculos en el Partido Humanista dirigido otro de sus alfiles, Daniel Romero Gómez, quien pretende rescatar el registro de este naciente partido a nivel local.

Pero el astuto Greg no es el único que está jugando a la grilla con los partidos estatales, pues también el patriarca de la familia Ramos, el ex líder de la CROC, Salvador Ramos Bustamante, dirige la agrupación Frente de Integración Nacional, la cual también quiere evolucionar a partido político.

La jugada del mayor de los Ramos es la de crear una herramienta de “negociación” con otras fuerzas políticas para capitalizar mayor poder para su dinastía, aprovechando las actuales circunstancias de bonanza, pues casi toda su prole está incrustada en estratégicas posiciones gubernamentales.

Al parecer, salvar el obstáculo que les puso el Ieqroo de conseguir un padrón de militantes de 2 mil 826 ciudadanos para ver la luz no será nada difícil para estas agrupaciones que, además del dinero público, tienen otras alternativas para financiar sus estructuras como una “inversión” de riesgo para el próximo proceso electoral.