Pedro y el lobo
En 1935, el compositor ruso Serguéi Prokófiev compuso por encargo esta maravillosa obra.
En 1935, el compositor ruso Serguéi Prokófiev compone por encargo esta maravillosa obra, que entra dentro del parámetro de las obligadas a conocer por todo habitante de este mundo.
Este tradicional cuento enseña a los niños que la mentira y las burlas pueden volverse contra uno mismo y hacer daño a los demás.
Érase una vez un joven pastor llamado Pedro que, además de cuidar a sus ovejas, se divertía gastando bromas de mal gusto a sus vecinos. Hasta que un día sus mentiras se volvieron contra él.
Detrás de esta bonita e intrigante historia hay una importante moraleja sobre el valor de la verdad, el respeto a uno mismo y a los demás.
Un cuento que enseñará muchos valores a los niños. Además, Prokófiev, escribe la historia con una narrativa muy peculiar, utilizando varios instrumentos de la orquesta para designar a los personajes.
Está escrita para una flauta, un oboe, un clarinete, un fagot, tres cornos, timbales y la sección de cuerdas para la alegoría de los personajes principales, y un acompañamiento de trompeta, trombón, triángulo, pandero, platillos, castañuelas, tarola y bombo en la orquestación.
Como les comentaba, cada personaje de la historia tiene asignado un instrumento y un tema musical.
Pedro: la familia de las cuerdas, violín, viola, cello y contrabajo. El Abuelo es el fagot. El Pájaro una flauta transversal; el Pato, un oboe; el Gato, un clarinete; el Lobo, los 3 cornos, y los cazadores los timbales y el bombo.
Esta obra es muy interesante y divertida para todas las edades, y una excelente oportunidad de tener en familia una actividad cultural de alto nivel.
La historia es contada por un narrador, mientras la orquesta está vistiendo la historia y haciendo que todos los presentes hagan uso de su imaginación al escuchar la orquesta y la historia.
Es realmente imperdible. Es una puesta sencilla, pero de un gran valor. Obvio, podremos encontrar varias versiones. Walt Disney hizo una versión animada en 1946.
En 1958, el estudio de animación ruso Soyuzmultfilm, produjo una versión de la obra en cortometraje, realizado con marionetas en animación por fotograma.
Recuerdo una excelente versión con la Filarmónica de la Ciudad de México, bajo la dirección de Enrique Bátiz, y la excelsa narración de Talina Fernández. Hasta la próxima semana.