Creo que ninguno de los asistentes al Informe del Gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, esperábamos ver resultados sorprendentes de su gestión; un año es poco para realmente apreciar el impacto de un gobierno, el estado estaba destrozado cuando la nueva administración lo tomó, y los cambios de fondos siempre se dan a largo plazo.

Sin embargo, si es de reconocer que, desde mi punto de vista, las bases están sentadas (o al menos la mayoría de las acciones así lo dicen) para contar con un mejor Quintana Roo para quienes vivimos en él.

Antes de entrar a mis temas de interés (turismo, sustentabilidad, emprendimiento social), quiero reconocer que hay 3 acciones que llaman mi atención: la primera, la transparencia y las acciones que se han emprendido en esta materia, como la obligación a los funcionarios de presentar sus declaraciones patrimoniales; la segunda, la cercanía que hay con la ciudadanía para atender las necesidades, pero también en el seguimiento a través de observatorios ciudadanos de muchos temas; y el tercero, el reconocer que los logros han sido insuficientes, aunque el rumbo se ha corregido.

En lo turístico y lo ambiental no puedo tener queja; las dos cabezas de sector son, para mi gusto, de las personas que más saben de estos temas en Quintana Roo y eso lo han demostrado en sus gestiones; es difícil anunciar cambios estructurales en cada uno de los temas cuando los retos han sido muy ambiciosos: desde cambiar la forma de hacer turismo en un estado que lo ha hecho igual los últimos 40 años, o dinamizar el Sur, cosa que se ha intentado sin mucho éxito en sexenios anteriores, o recuperar dos millones de selvas degradadas o sembrar miles de colonias de coral a futuro.

Probablemente el logro más importante que se ha tenido es apagar temporalmente el fuego en Holbox, a través de acciones puntuales tanto de restauración como de inicios de planeación a mediano plazo. Una demanda que urgía y que había sido ignorada en el pasado.

En materia de turismo las cifras siguen batiendo récords, Quintana Roo sigue ganando premios internacionales, sigue construyendo infraestructura y recibiendo millones de turistas y cruceristas; la diversificación y fortalecimiento al sur va en camino, y la apertura de Ichkabal, la mejora en la conectividad y la diversificación de productos tendrá sus resultados a mediano plazo, no puede ser de otra manera.

En materia de medio ambiente también se ha trabajado en resolver problemas heredados, como el saneamiento y/o clausura de tiraderos a cielo abierto en Holbox, Tulum y Chetumal, la creación de una aplicación de denuncia ciudadana y la firma de compromisos.

Tendremos que sentarnos a revisar el Informe completo a detalle, pero desde mi punto de vista, uno de los grandes retos que tenemos en materia de turismo y sustentabilidad es la forma cómo nos medimos, al igual que sucede a nivel nacional y global. Necesitamos generar indicadores de impacto, realizar líneas bases sólidas y mediarlas. No es una tarea fácil, pero yo aspiro a que, en el Sexto Informe de Quintana Roo, los números de llegadas y cruceros, y de inversiones, y de corales plantados, y de programas sociales, ya no sean la base del discurso. Ojalá, podamos evidenciar cómo hemos contribuido al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como hemos avanzando en abatir la pobreza en el Estado, como hemos incrementado los ingresos promedios, como hemos logrado esquemas innovadores para la conservación y el desarrollo, como estamos siendo más competitivos, como generamos desarrollo, más que crecimiento.

Ah, y un tema que olvidé, tal vez porque también se olvidó en el discurso del informe: la innovación y el emprendimiento social. Estoy convencido que los estados que son líderes en materia de desarrollo hoy son los que le han apostado a la tecnología, a la innovación, al emprendimiento. Y Quintana Roo está en ese camino, sé que hay esfuerzos interesantes, y espero que se pueda hablar más de este tema, vital para el desarrollo y la diversificación del Estado.