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Todos tenemos metas, unas se cumplen y otras no y siempre he pensado que todas las personas nacemos con una mochila llena de habilidades que nos servirán para vivir de una manera o de otra. No por tener la habilidad podemos sentirnos buenos haciendo eso. Es una simple habilidad, pero la gente se siente con un talento y así le llama, talento. Como artista no creo en el talento, creo en esa habilidad que con estudio, método y tiempo se puede volver talento. No antes de aplicar estos tres elementos. Conozco muchas personas que siempre han querido tocar un instrumento, cantar, pintar y demás disciplinas del arte. Yo les diría que se pusieran una meta aspiracional. Tú lo deseas, pues vamos a hacerlo. Consigue un maestro del instrumento que desees, pide prestado un instrumento como el que deseas tocar, empieza las lecciones y ponte a tocar. Si en seis meses sigues enganchado y progresando, tendrás que adquirir tu propio instrumento para seguir con las clases y sigue por siempre. Si es tu deseo aprender a cantar, pues vamos a cantar. Consigue el maestro y tú pon las ganas. Esta es la combinación perfecta. Al igual si quieres pintar o quieres bailar u lo que te venga en gana. No te quedes con las ganas. Si eres una persona adulta entenderás que no llegarás a ser concertista, ni cantante profesional, ni un gran pintor, ni un gran bailarín; pero serás una persona muy feliz por estar cumpliendo esta meta aspiracional que tenías guardada en el baúl de los pendientes y que por fin, te atreviste a poner en marcha. Te prometo que tu vida cambiará de una manera radical. Te cambiará el humor, estarás más feliz o feliz. Verás la vida con otros ojos y es cucharás con otros oídos todo lo que esté pasando a tu alrededor. No querrás faltar a tus clases, te darás tiempo para hacer esta actividad cada día con más ahínco al estar progresando más y más cada día. No es principio de año, pero nunca es tarde para empezar una nueva meta y más a sabiendas que me cambiará hasta el modo de andar. Las bellas artes hacen mejores personas, mejores profesionistas y por ende mejores seres humanos. No es lo mismo ser melómano y disfrutar al escuchar, que escuchar al tocar. Eso te lo aseguro. Hasta la próxima semana.

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