Nuestro País, es un Estado dinámico electoral, ya que cada tres años se sucede una elección en el ámbito Federal y en los 32 Estados republicanos, suelen proceder hasta tres veces en sexenio, dependiendo de calendarios y el efecto complicado del procedimiento de homologación o centralización en fechas, supuestamente, para ahorrar recursos o concentrar procedimientos procesales electorales; por eso se transitó del IFE, Instituto Federal Electoral, a INE, Instituto Nacional Electoral con OPLES, que al final no mudaron, sino que se mantuvieron como Institutos del Estado, produciendo el mismo financiamiento doble y la influencia de los gobernadores: gatopardismo!, pura falacia.

El elevado costo de los procesos electorales constitucionales y la doble cobertura; Estados Federación, es un privilegio que goza la partidocracia, misma que no produce pero se financia de los erarios y solo se activan cuando se inician las elecciones, esto es, cuando se instalan los Consejos electorales para coaligarse y así seguir succionando de la ubre gubernamental con costo oneroso para los ciudadanos que solamente accederán al día de la democracia; esto es, el día de la votación.

Para Quintana Roo: inició el proceso el día 11 del mes en curso y se votará el domingo 2 de Junio pero se concluirá cuando sean terminados o calificadas todas las impugnaciones que presenten los partidos o candidatos contendientes, aunque suele suceder, como en Puebla, que los tiempos de resolución definitiva excedieron los tiempos determinados en la Ley de Medios de Impugnación y desde luego, un desgaste extraordinario que eleva el costo de una incipiente democracia. En nuestro Estado se han registrado más de 16 aspirantes independientes que esperan obtener respaldos ciudadanos que les permitan acceder a una candidatura.

Nuevamente estaremos en la contaminación audiovisual y la propaganda que invadirá los espacios públicos y la mentira o falacia, el discurso mentiroso o demagogia; la promesa que suena, para muchos, a verdad pero resulta, al final y después del triunfo: promesas, promesas y solo promesas de campaña.

Estaremos viendo aspirantes que enfrentan a la ciudadanía y otros que por influencias o dinero, buscarán con afán una candidatura de representación plurinominal, porque no lograrían un triunfo de ninguna manera, toda vez que están ejerciendo un cargo de elección con sospechas fundadas de corrupción e impunidad: La verdad, no hay ni a quien irle y………………

¡AL TIEMPO!