Los humedales, ¿por qué conservarlos?

Como todos los años, a partir de 1997, celebramos el Día Mundial de los Humedales...

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Como todos los años, a partir de 1997, celebramos el Día Mundial de los Humedales, conmemoración que nos recuerda la adopción de la Convención sobre los Humedales del 2 de febrero de 1971, en Ramsar, Irán, alentando la conservación y el uso racional de estos espacios naturales y sus recursos que contribuyen a mantener la gran variedad de vida de nuestro planeta.

Este año, el lema "Humedales y cambio climático" nos propone prestar atención a esos dos aspectos que son centrales para nuestra gestión y que nos preparan para enfrentarnos a los desafíos del calentamiento global.

Estos importantes ecosistemas nos brindan agua y alimento, albergan una gran biodiversidad y nos ayudan a protegernos de fenómenos extremos como inundaciones y sequías, cada vez más frecuentes como consecuencia del cambio climático.

Nuestro país tiene una posición privilegiada en materia de humedales. Según estimaciones, podrían llegar a ocupar 25% de la superficie total del territorio. Son zonas en las que el agua moldea la vida y en donde se desarrollan economías regionales asociadas con la pesca, la agricultura, las actividades forestales y el turismo.

Es nuestra responsabilidad llevar a cabo las tareas de cuidado, resguardando las características ecológicas de los humedales. Yucatán cuenta con 8 espacios de humedales decretados como sitio Ramsar, un reconocimiento internacional otorgado a los espacios de humedal que son considerados sanos y que conservan al menos un 75 por ciento de su condición natural sin ninguna perturbación.

Cabe indicar que los humedales siguen siendo parte de los ecosistemas más amenazados del mundo. El presente, caracterizado por crecidas y otros fenómenos de gran impacto, nos obliga a actuar con responsabilidad y de manera estratégica. Debemos aprender a construir con la naturaleza para dejar de degradar los ecosistemas y aprovechar sus valiosas y múltiples contribuciones a nuestro desarrollo.

Necesitamos reconocer el rol de los humedales en el sostenimiento de la diversidad biológica, la purificación del agua, la retención de los excesos hídricos, el almacenamiento y la absorción de gases de efecto invernadero, ya que eso nos permitirá incrementar nuestra resiliencia para enfrentarnos al cambio climático, que ya es una realidad.

Tenemos que asumir además que hemos suscrito al Acuerdo de París, que los humedales desempeñan un papel regulatorio contra los efectos del calentamiento global y que este fenómeno puede revertirse con acciones concretas de mitigación y adaptación.

Existen factores que nos indican que en Yucatán vamos por buen camino para su conservación, pero también es de reconocer que a pesar de que cada día hay más personas interesadas en el cuidado de los humedales, hacen falta más interesados que digan !yo! y se unan a las acciones de gobierno encaminadas al cuidado y respeto de nuestro medio ambiente.

Lucha contra el plástico

Los beneficios del plástico son innegables. Es barato, liviano, duradero y fácil de hacer. Se puede usar de mil formas distintas. Nuestra comida se mantiene fresca por más tiempo gracias al plástico y la medicina moderna no existiría sin él. Pero las propiedades que hicieron del plástico un producto revolucionario han propiciado un ciclo de producción irresponsable y un consumo y desperdicio excesivos. Cada año descargamos en los océanos alrededor de 13 millones de toneladas de plástico, incluidas micropartículas que entran en la cadena alimenticia, y afectan la salud de los seres vivos.

Las proyecciones actuales muestran que la producción mundial de plástico se disparará a la asombrosa cifra de 619 millones de toneladas en 2030. En América Latina y el Caribe, los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil han entendido la urgencia de reconsiderar la manera en que producimos, usamos y gestionamos el plástico. Antigua y Barbuda fue el primer país del continente en prohibir las bolsas plásticas en 2016. Poco después, Colombia dictó una prohibición similar y en 2017 aplicó un impuesto a las bolsas grandes de plástico que ha permitido reducir el consumo 35% y recaudar 3.6 millones de dólares en el primer año.

Ahora, en Yucatán se están tomando medidas para enfrentar la creciente marea de plásticos y el Congreso del Estado recibió en fecha reciente una iniciativa del gobernador Mauricio Vila que plantea la eliminación paulatina de bolsas plásticas de un solo uso y la propuesta de transitar al empleo de bolsas biodegradables, así como la eliminación de los popotes plásticos; esta medida tiene como meta un periodo de 18 meses y se prevé la creación de nuevos patrones de conducta y de consumo.

Debemos reconocer que luchar contra la contaminación por plásticos nos ayudará a preservar nuestros ecosistemas, mitigar el cambio climático y proteger la biodiversidad y por ende nuestra salud. Esta es una batalla clave que debemos librar hoy para garantizar mañana un planeta más justo y sostenible.

Una de las iniciativas más recientes para sustituir el plástico en el mundo ha venido de una empresa cervecera artesanal de Florida, Estados Unidos, que ha creado unas anillas biodegradables para transportación de los “packs” de seis latas de cerveza. Para la elaboración de estas anillas se han utilizado residuos de trigo y cebada procedentes de la producción de cerveza y además de ser biodegradables son comestibles. De este modo se evitará el grave impacto que provocan las anillas de plástico sobre la vida marina, ya que son las causantes de mutilaciones, estrangulamientos, malformaciones y muertes de multitud de animales marinos.

Se calcula que en el planeta 5,700 millones de toneladas de residuos plásticos no pasan por una planta de reciclaje, una cantidad demasiado elevada si consideramos que cada año van a parar al mar unos 8 millones de toneladas de estos desperdicios. Y esto es solo la punta del iceberg.

Esperamos que se multipliquen las iniciativas para encontrar alternativas al plástico y evitar que se cumplan las estimaciones realizadas por varias fundaciones que afirman que para 2050 habrá en el océano más plástico que peces. ¡Es momento de actuar y no cruzarnos de brazos!

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