En el panorama político, los periodos de gobierno suelen pasar como una mera temporalidad, a menudo con escasos cambios que verdaderamente afecten a la ciudadanía.

Pero para el municipio de Solidaridad, el contraste entre los dos últimos períodos ha sido como el día y la noche. Lili Campos, la presidenta municipal actual, presentó en su segundo informe un recuento de sus dos años al frente de la administración local, marcando una significativa diferencia con el pasado.

Hay que recordar que, al asumir su mandato, Lili Campos heredó una situación caótica, un desorden propiciado por la administración de la morenista Laura Beristáin.

Pero en vez de quedarse en el lamento o la crítica estéril, la edil ha enfocado su gestión en la acción y el trabajo continuo, ya que su administración ha invertido 577 millones de pesos en obra pública, una cifra que supera por un 46% lo hecho por su antecesora en el mismo período.

Hoy las calles y vialidades de Solidaridad son testigo de este esfuerzo, con un 62% más de rutas pavimentadas.

Más allá de la infraestructura, la atención de Campos ha girado en torno a detalles fundamentales para el bienestar de la ciudadanía, pues tras años de desatención, el municipio se encontraba plagado de basura y con zonas sumidas en la oscuridad, pero la actual gestión ha tomado cartas en el asunto y hoy más de 340 toneladas de residuos han sido recolectadas y alrededor de 90 colonias ahora cuentan con una adecuada iluminación, reduciendo con ello los índices de inseguridad.

El tema de la seguridad no es menor. Durante la administración morenista anterior, Solidaridad figuraba entre los 50 municipios más violentos del país. Al día de hoy, ese oscuro título ha quedado atrás, y la paz ha comenzado a restaurarse con una inversión sin precedentes de 1,200 millones de pesos y una decidida política contra el crimen.

Las encuestas y reconocimientos no mienten: la gestión de Campos es vista como una de las mejores a nivel estatal y nacional. Sin embargo, en la política, el éxito suele venir acompañado de críticas y ataques.

Ante la reciente oleada de noticias falsas y campañas de desprestigio, la alcaldesa solidarense ha reafirmado su compromiso y seguirá trabajando con la misma determinación, buscando siempre el beneficio colectivo.

El mensaje es claro: Solidaridad vive una renovación sin precedentes y, sin importar los desafíos, su actual liderazgo está dispuesto a consolidar ese cambio para el bienestar de sus habitantes.

¿Concluirá Lili Campos su plan de desarrollo en el año que le resta de su administración?