Representación de “Hamlet” sin el príncipe de Dinamarca (Revisando a Baumol II)
En el mayo francés, mientras la juventud de 1968 buscaba la playa bajo los adoquines de París...
En el mayo francés, mientras la juventud de 1968 buscaba la playa bajo los adoquines de París, Baumol ya nos alertaba sobre la existencia de gente desaparecida. Los desaparecidos eran los emprendedores en los libros de texto sobre teoría económica.
William Baumol argumentó que los emprendedores habían desaparecido como factor de producción en la teoría económica, y que esto era un problema importante. Según él, los economistas habían centrado su atención en la producción y el consumo, ignorando el papel crucial que los emprendedores juegan en la economía al ser los responsables de la innovación y de crear nuevos productos y mercados. Baumol creía que la teoría económica necesitaba incorporar a los emprendedores como un factor de producción para tener una comprensión más completa sobre cómo funciona la economía.
La discusión sobre el crecimiento económico en los libros de texto suele estar limitada y se enfoca en los aspectos macroeconómicos. Se mencionan factores como la formación de capital, el desarrollo tecnológico, la salud y la educación, pero se descuidan los aspectos microeconómicos y el papel crucial del emprendedor en la innovación y el crecimiento económico.
Esta falta de enfoque en el papel del emprendedor en la economía es comparada, por Baumol, a una representación de Hamlet sin el príncipe de Dinamarca, y es considerada una omisión importante en los materiales de estudio.
Una explicación sencilla de esta omisión sería que los obstáculos para el desarrollo de la teoría formal o para la realización de análisis estadísticos sobre el espíritu empresarial, ha sido provocada por la poca evidencia concreta y directa del fenómeno que existe, y de que sea susceptible de ser presentada a los estudiantes en los cursos introductorios.
Si bien durante mucho tiempo se han medido y analizado los otros tres factores de producción (tierra, trabajo y capital), el espíritu empresarial ha carecido de tal privilegio. Una razón plausible de esta deficiencia es el enfoque en la optimización y el equilibrio estacionario de gran parte de los autores de la escuela neoclásica de economía.
El emprendedor innovador según Schumpeter y Kirzner (otros dos autores que deberíamos revisar) requiere de un equilibrio dinámico en el mercado para poder identificar y aprovechar oportunidades de innovación y arbitraje. Un equilibrio estático optimizado no les ofrece espacio para operar, ya que su papel es alterar el equilibrio y no mantenerlo.
En un entorno estático serían reemplazados por gerentes que busquen mantener el equilibrio. Baumol establece una diferenciación entre lo que se espera de un emprendedor y de un administrador. Del administrador se espera que cumpla con la supervisión de la eficiencia y continuidad de los procesos y en cambio la función del emprendedor es destruir el equilibrio creando nuevas oportunidades que se materialicen en nuevos productos y mercados.
El enfoque tradicional explica el funcionamiento de la economía con administradores que mantienen el equilibrio, y no tiene en cuenta la función productiva de los emprendedores que desequilibran. Por lo anterior, como dice el título: una representación de Hamlet sin el príncipe de Dinamarca.
(Juan Boggio Vázquez / Doctor. Profesor-Investigador, Depto. Economía y Negocios, Universidad del Caribe).