En la elección del pasado domingo 2 de junio se dio una situación que no se puede pasar por alto, y fue el hecho que los candidatos fuertemente ligados al ex gobernador Roberto Borge Angulo, actualmente preso, fueron hechos a un lado por los electores.

Tenemos en primer lugar a José Luis Toledo Medina, compadre y en su momento aliado incondicional del ex mandatario. Si bien había una gran expectativa sobre la respuesta ciudadana hacia ese ex candidato que ahora coordina el partido Movimiento Ciudadano en la entidad, los resultados fueron desastrosos.

“Chanito” Toledo quedó en tercer lugar en el distrito 10 con no más de 2 mil 500 votos, sin embargo si podrá ocupar una diputación por la vía plurinominal al encabezar la lista de ese partido.

Otro de los ligados a RBA es Juan Carlos Beristaín, para quien operaron los priístas y amigos de Mauricio Góngora. Ese candidato quedó en segundo lugar y ahora pelea para que la elección sea anulada bajo el cobijo de su hermana, la alcaldesa de Solidaridad Laura Beristaín.

Desde palacio municipal de Solidaridad, dicen los que saben, se están orquestando todo tipo de movilizaciones para descalificar el triunfo del PAN en el Distrito 10.

Por último tenemos a Edgar Gasca, quien perdió en el distrito 01 ante el PAN. Gasca es otro de lo que formó parte del “RBA TEAM”.

Por otro lado, los resultados electorales del pasado domingo 2 de junio, donde la participación ciudadana fue del 22.1%, con lo cual se rompe un record en baja participación electoral en Quintana Roo, debe poner a pensar a los partidos políticos y a los ahora diputados locales electos, sobre medidas más efectivas para incentivar el voto.

Y es que en Quintana Roo acudieron a las urnas 236 mil 005 de un listado nominal de un millón 247 mil ciudadanos, es más, algunas personas desconocían por completo que habría elecciones locales, mientras que a otros simplemente no les interesó ejercer ese derecho ciudadano por el cual se han librado grandes batallas y que, ahora, parece haber perdido todo significado, al menos eso demostró la baja participación del pasado domingo.

Como dije, los nuevos diputados, aquellos que asumirán el cargo el 3 de septiembre próximo, tienen la responsabilidad moral de trabajar en las leyes que requiere Quintana Roo, pero también conducirse de tal modo que se recupere la credibilidad del electorado en la figura del legislador.

Esa responsabilidad es doble si tomamos en cuenta que la mayoría legislativa la tendrán los diputados morenos con sus aliados del PV y PT, quienes deberán poner ejemplo de rectitud. Hasta la próxima.