Somnolencia del PAN y PRD ante 2018
El PAN y el PRD no están sacando provecho de su placentera estancia en los costados del gobierno del estado...
El PAN y el PRD no están sacando provecho de su placentera estancia en los costados del gobierno del estado; no al menos con ese vigor previsible, ya que no han capacitado a las figuras que podrían ir a la cercana batalla electoral del primero de julio de 2018, cuando sean disputadas senadurías, diputaciones federales y presidencias municipales, con el irresistible platillo de la Presidencia de la República.
Ambos partidos carecen de elementos atractivos para el veredicto de las urnas, y en el tablero panista su alcaldesa cozumeleña Peña Tun Pech se ha deteriorado a zancadas, aunque hay quien la considera competitiva en la isla golondrina donde el choque será intenso por el activismo del senador y ex gobernador Félix González Canto, quien olfatea vulnerabilidades del adversario.
El PAN ha descuidado su inmerecida oportunidad histórica, alucinado por el flan de sus altas posiciones burocráticas. Por ello no ha fortalecido retadores sólidos en la mayor parte de los municipios, incluidos Solidaridad (Playa del Carmen) y Benito Juárez (Cancún), cuyo poderío conjunto inclina la balanza.
En Chetumal la figura más fuerte es el alcalde ex priista Luis Torres Llanes –postulado por panistas y perredistas–, quien pretende ser candidato a la diputación federal cuando menos. Por fortuna para el panismo en esta zona su diputado Fernando Zelaya Espinoza ha tenido un desempeño más efectivo que lo consolida como opción para disputar la maltratada silla municipal.
Los perredistas están en peores condiciones, y el valor de su franquicia se ha desplomado por la propuesta morena que les ha arrebatado todas las banderas del izquierdismo. Sus competidores no aparecen en la mayor parte de los municipios, algo inaceptable si tomamos en cuenta las ventajas a su disposición.
PAN y PRD creen que el desprestigio del PRI les garantiza triunfos, dando por hecho que tomados de la mano enfrentarán a sus adversarios en 2018. Pero el elector ha acumulado agravios en sus alforjas, por lo que los partidos oficiales tendrán que batallar con sus mejores figuras y argumentos. Pero el exceso de confianza se olfatea en los cuarteles de estos partidos oficiales que han soportado el desgaste del ejercicio de gobernar en todos los frentes.