Turismo y, ¿trabajo decente?

Un documento que todos quienes estamos involucrados en este tema deberíamos leer.

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La semana pasada, en una reunión en Madrid, la Organización Mundial del Turismo (OMT) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se reunieron para hablar de esos temas poco tocados, pero extremadamente relevantes para el logro de un turismo sustentable: el trabajo decente. 

Pero ¿qué es el trabajo decente? La OIT publicó, en este mismo año 2017 sus pautas para trabajo decente y turismo socialmente responsable, un documento que todos quienes estamos involucrados en este tema debería leer, conocer, entender, y sobre todo, aplicar.

Y es que si bien es cierto el turismo es un gran generador de empleos en el mundo y en el país (uno de cada diez, la cifra global) también es cierto que las condiciones del empleo turístico han cambiado drásticamente con el paso de los años; desde temas como el todo incluido, que reduce los “adicionales” del turismo, las contrataciones a través de un intermediario (las famosas pagadoras), la reducción de puestos de trabajo por aumento en la rentabilidad, las estancias más cortas que generan un mayor esfuerzo de mantenimiento y limpieza en el personal de base, entre otros. 

Hay quien abiertamente defiende que el empleo del turismo es mejor que el empleo en otros sectores, pero creo que la discusión no tiene que ver con la comparación en un sector y otro, sino en que tanto este empleo está realmente cumpliendo con las recomendaciones y lineamientos globales.

Con base en la OIT, son seis las políticas que debemos implementar en cualquier empresa, gobierno u organización en este sentido. Les invito a leer y evaluar que tanto las cumplen, y si hubiera alguna o algunas que no, trabajar para resolverlo de inmediato.

La primera, es la promoción del empleo pleno y productivo, abierto a todos, sin discriminación, que permita a las empresas y colaboradores tener empleos formales.

La segunda, es el desarrollo de más y más empresas sostenibles, con un enfoque a las PyMEs que, por volumen, se convierten en grandes generadores de empleo, aunque sin olvidar a las grandes multinacionales y el gobierno; tener empresas que entiendan estos aspectos de la sustentabilidad, asegura que los criterios y prácticas serán aplicadas en el tema del empleo, con un énfasis en el empleo de los jóvenes. 

La tercera, es la inversión en los recursos humanos; ¿estamos capacitando y formando bien a nuestros colaboradores o solo dando cursos por cumplir compromisos? ¿Les estamos dando herramientas para el trabajo y la vida? ¿Convirtiéndolos en líderes? ¿Logrando metas como cero rezago educativo? Está más que demostrado que un colaborador capacitado y con expectativa de crecimiento, es mucho más leal a la organización.

La cuarta, el cumplimiento de la legislación; desde promover la igualdad y no discriminación, eliminar trabajo forzoso y trabajo infantil, garantizar el derecho a la libertad de asociación, entre otros. Un tema en el que, en lo personal, creo que nos falta trabajar mucho.

La quinta, fortalecer la protección social, desde el tema de proveer una adecuada seguridad social, asegurar condiciones adecuadas a las colaboradoras en caso de maternidad, y mejorar las condiciones de trabajo en relación a tiempo, salarios, seguridad y salud.

Y por última, la OIT hace énfasis en la necesidad de promover un diálogo eficaz con los colaboradores; escucharlos, promover ejercicios de intercambio de ideas, negociaciones, resolución de conflictos, y un largo etcétera.

La pregunta entonces es: ¿estamos promoviendo un trabajo decente en nuestro sector?

Me gustaría saber sus comentarios.

@vicenteferreyra

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