Tolerante

“Tolerar significa soportar, aguantar, sin perder la paz interior. El que no es tolerante, frente a aquello...

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

“Tolerar significa soportar, aguantar, sin perder la paz interior. El que no es tolerante, frente a aquello que juzga ilícito, se vuelve, de alguna manera, violento. Incluso, puede llegar a ser agresivo, excluyente, y descalificar al prójimo.” Aderico Dolzani.

La permisividad que inunda nuestra cultura, con la frase: “haz lo que te guste, yo hago lo que me guste”, llega a todos las esferas de la sociedad. Debe ser hermoso siempre poder hacer lo que gusta y lo que se plazca en el momento preciso, pero ¿Qué sucede si los gustos tuyos a mi no me satisfacen, o a mi me ofenden y mis gustos a ti no te convienen?

Pensar en lo hermoso del actuar, sin ataduras, sin necesidad de pensar en las consecuencias de mis actos, sin necesidad de pensar en el otro, de respetarlo, de solidarizarme con los demás. Cuando uno vive la permisividad al máximo no existe la necesidad de tolerar a los demás, justificando su conducta que él imagina que es independiente de toda norma y autoridad.

Estos permisivos se presumen de liberales y tolerantes. En teoría todo lo permiten, valoran la independencia. Sin embargo, su tolerancia es simplemente para justificar su comportamiento, quieren vivir sin prohibiciones, sin limitaciones, donde uno se puede atrever a todo, llegar cada día más lejos. Imponiendo una revolución sin finalidad y programa.

Estos permisivos son los inquisidores del siglo XXI. Con una moral terrible, violenta, implacable. Una moral que condena, todo lo que vaya en contra de sus ideas, de sus sentimientos…

Para Antonio Orozco el principio supremo del permisivismo “haz lo que te plazca”, tiene un futuro cada vez más incierto y precario; el permisivista ya no tiene capacidad de escapar de la ley consumista, que él mismo va tejiendo.  El permisivismo es negación de libertad, porque la libertad significa ante todo un dominio, tener señorío de sí mismo, y permisivismo significa abandono, sometimiento de la razón a lo irracional y de la voluntad libre a la pasión sin norma y cauce.

Buscando en la historia, que siempre es buena consejera, vemos al Imperio Romano como sucumbió por vivir en pleno el permisivismo, que sólo los llevó a un materialismo y consumismo mayor, a una degeneración de la moral; las aspiraciones más genuinas del ser humano se fueron convirtiendo en metas materiales, metas consumistas, deslizándose lentamente a una degeneración de la moral.

Curiosamente el permisivo, que se llama tolerante, pero nunca va a aceptar la conducta de esas personas con conducta diversa, a aquellos que hablan de la incongruencia de los permisivos, de la tiranía en que viven, menos acepta a aquellas personas que viven conforme a sus bases morales y las defienden. El siglo XXI parece conducir al mundo a que nos cuidemos de esos permisivos, que gritan y vociferan la palabra “tolerante”.

Lo más leído

skeleton





skeleton