Hola queridísim@ lector, hoy quisiera pelotear contigo un tema súper importante y que en estos días ha tomado aún mayor fuerza: La lucha por la igualdad y el respeto a la diversidad sexual ha avanzado significativamente en México en términos legales. Sin embargo, tras bambalinas, la triste realidad del país en cuanto a crímenes de odio contra personas LGBT+ es devastadora y dolorosa. México lidera en la región latinoamericana en este desolador panorama de discriminación y violencia.

¡Golpea como patada en la espinilla descubrir que, pese a los avances legales, México está en la cima de los países con más crímenes de odio hacia la comunidad LGBT+ en Latinoamérica! ¿Se imaginan ese liderazgo aplicado a la pasión futbolística? No sería un campeonato por el que quisiéramos competir.

En esta cancha los números son fríos y detrás de cada uno hay una historia, un ser humano, una familia destrozada. Según el informe de Letra S, en el 2022, 87 personas perdieron la vida debido a su orientación sexual o identidad de género. Pero ¡deténganse! Esta cifra es solo una pizca de la cruel realidad. Las fiscalías estatales, lamentablemente, no llevan un registro preciso, por lo que el número real puede ser mayor, posiblemente superando los 200 casos.

Desde 2018, se han contabilizado 453 muertes violentas por estas razones. ¡Cuatrocientos cincuenta y tres crímenes de odio en solo cinco años! Es un marcador desolador y con tintes de tragedia en un juego donde nadie debería perder su vida por ser quién es.

Los sistemas judiciales, como defensas en la cancha, no tienen los registros adecuados ni el personal capacitado para hacer frente a estos casos. Es un equipo que no está al nivel que se requiere para atender y prevenir estos hechos. Estamos lejos de garantizar un entorno seguro y de pleno respeto a la diversidad sexual.

Lamentablemente, el trágico desenlace del Magistrade Jesús Ociel Baena, primer jurista de género no binario en México, refleja esta cruda realidad. Su muerte, un duro golpe, deja al descubierto la vulnerabilidad y la lucha por la justicia que la comunidad LGBT+ enfrenta cotidianamente.

Y es que aunque han habido pasos positivos hacia delante como que la Suprema Corte reconoció el año pasado el derecho de las infancias trans a rectificar su género en las actas de nacimiento, y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y el Instituto Nacional Electoral (INE) han avanzado en identificaciones que reconocen a personas trans y no binarias. Aún queda mucho trabajo por hacer.

No basta con los logros en papeles. Es hora de cambiar la narrativa de violencia por una de inclusión y respeto real. Porque en esta cancha, cada vida perdida duele y cada discriminación es una falta que debemos erradicar. Es hora de cambiar el marcador y hacer de México un verdadero campeón en la defensa de los derechos humanos, sin importar la orientación sexual o identidad de género de cada individuo.

Me gustaría saber tu opinión sobre este tema, te leo en mis redes.

Abrazo de gol.