Pocos se atrevieron a pronosticar con certeza victoria de tal magnitud. Inobjetable y contundente. La 4T fue aplastante. Conocidos ya los números definitivos del triunfo, al interior comienzan los reconocimientos: se repiten expresiones como "carro completo", "dimos vida al Plan C", "jugada maestra en Solidaridad" o "se consolida el marismo". Las dos senadurías, las cuatro diputaciones federales, las 15 diputaciones locales y las 11 presidencias municipales son motivos para el festejo.

El reconocimiento es un sentir compartido tanto por las bases como por los liderazgos. Mara Lezama, como jefa política del proyecto, es quien conduce, vigila y rinde cuentas. Y sus cuentas son altamente positivas, con objetivos cumplidos y logros históricos para presentar más arriba. En su función gubernamental, respetuosa y garante ante el proceso; en su rol de líder del movimiento que lo ganó todo, celebra y exige reforzar el trabajo en territorio.

Frente a una situación así, no hay pretextos. El espíritu del Plan C era obtener todos los espacios en disputa, y ya logrado, queda responder a la sociedad. El agradecimiento es un compromiso intrínseco, que nadie debe pasar por alto. Así lo planteó Mara en su encuentro del miércoles pasado con quienes ganaron.

Toca asimilar y actuar en consecuencia. El 2027 no queda lejos en política. ¿Asimilar qué? Los más de 600 mil votos para Claudia Sheinbaum, presidenta electa de la república; los 555 mil que lograron en la competencia por las senadurías; los 268 mil 283 en Benito Juárez; los 77 mil 431 en Solidaridad, o los 12 mil 386 votos con lo que se refrenda a Isla Mujeres como municipio morenista, pues significó más del 80% de la votación emitida.

¿Actuar para qué? Se los dijo Mara: a trabajar con todo el esfuerzo y sin descanso en el territorio para no defraudar la confianza de los ciudadanos depositada el 2 de junio. Quintana Roo fue el tercer estado con mayor votación para la primera mujer presidenta y ello conlleva un compromiso conjunto: consolidar una transformación profunda en favor de los 11 municipios, de sur a norte.

En apenas 10 años, Morena se convirtió en una poderosa fuerza política, que no logró el PRI en sus buenas etapas, mucho menos el PAN. En Quintana Roo, dicho poderío se consumó en menos tiempo. De 2018 a la fecha su crecimiento es exponencial y es Mara quien condujo al partido-movimiento por la senda de los triunfos. Apostó y no falló.