Última visita de AMLO a Quintana Roo

Este fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó su última visita a Quintana Roo como titular del Ejecutivo Federal...

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Este fin de semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador realizó su última visita a Quintana Roo como titular del Ejecutivo Federal; vino para inaugurar obras a medias y para supervisar trabajos de inversión federal. 

El mandatario llegó al estado que ha estado en el centro del debate público debido a problemas estructurales y de infraestructura que han afectado a sus comunidades. La visita del mandatario llega en un momento crítico, cargado de expectativas y también de frustraciones que han tomado forma en protestas y bloqueos. 

El contexto de la visita es fundamental para entender su significado. Desde la madrugada del sábado, los habitantes de Uh May bloquearon la carretera federal 307, un acto desesperado que evidencia la seriedad de las demandas de la comunidad.

Los manifestantes exigían la reparación urgente de la carretera que conecta con X-Hazil Sur y la construcción de un cruce peatonal seguro. Estos reclamos son más que una simple demanda de infraestructura; reflejan una necesidad apremiante de seguridad y bienestar para los estudiantes y sus familias. 

La imagen de López Obrador llegando a Quintana Roo fue vista bajo la lupa de la acción y no solo de la ceremonia. La verdadera prueba de su visita será si logra abordar las necesidades reales y urgentes que enfrenta la región, antes de que diga adiós a su mandato.  

Y es que las carreteras federales deterioradas debido a la construcción del Tren Maya y la falta de infraestructura básica son temas que no solo afectan la movilidad, sino también la calidad de vida de los ciudadanos. 

Los bloqueos y las manifestaciones no surgen de la nada; son un claro indicador de que las promesas y los proyectos no han llegado a las comunidades que más lo necesitan. 

La visita del presidente también se dio en un contexto de creciente descontento en otras áreas. La reciente protesta en la carretera Limones-Chetumal, donde los habitantes de Xcalak se manifestaron por fallas en el suministro de energía eléctrica, subraya un patrón de desatención que no puede ser ignorado. 

Estas acciones reflejan una realidad de abandono y desatención que las promesas de campaña y los planes de desarrollo no han logrado resolver, muy a pesar de que la Comisión Federal de Electricidad se promueve como una empresa de clase mundial. 

López Obrador tiene la oportunidad de transformar esa visita en un punto de inflexión. Más allá de las fotos y los discursos, el éxito de su viaje a Quintana Roo dependerá de las respuestas concretas que pueda ofrecer a las demandas de las comunidades. 

Es momento de que el gobierno federal demuestre que está dispuesto a ir más allá de los compromisos retóricos y a tomar medidas decisivas que impacten positivamente en la vida de los ciudadanos. 

En última instancia, la visita de este fin de semana debería servir como un recordatorio de la importancia de mantener el enfoque en las necesidades reales de la gente. Los problemas estructurales que enfrentan los habitantes de Quintana Roo no se resolverán con promesas vacías ni con gestos simbólicos. Se requiere acción real y efectiva. 

La historia juzgará si esta visita será recordada como un momento de cambio positivo o simplemente como otro capítulo en la larga serie de promesas incumplidas de la Cuarta Transformación del país. 

¿Habrá eco de las demandas en la próxima administración federal?

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