¡Vamos todos juntos a combatir en esta guerra!
“Un atlas del sufrimiento humano y un veredicto condenatorio de fracaso en liderazgo climático”...
“Un atlas del sufrimiento humano y un veredicto condenatorio de fracaso en liderazgo climático”, así calificó Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el reporte que emitió el pasado 28 de febrero el Grupo de Trabajo II, como contribución al Sexto Reporte de Evaluación que prepara el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, y que específicamente se refiere a impactos, adaptación y vulnerabilidad.
Este documento nos bombardea con información, ataca nuestra conciencia con verdades y hechos científicos irrefutables, por momentos parece dinamitar nuestras esperanzas de alcanzar una solución efectiva y urgente.
Los científicos advierten que los impactos son ya mucho más extendidos y severos de lo que se esperaba. Sequías abrasadoras, calor extremo e inundaciones récord, ya amenazan la seguridad alimentaria y la supervivencia de millones de personas. Hoy mismo, la mitad de la población mundial enfrenta problemas de inseguridad de agua.
El cambio climático está causando daños a una gran cantidad de especies de seres vivos y a ecosistemas enteros, algunos animales ya se han extinguido debido a un planeta cada vez más caliente, otros experimentan una mortandad masiva, y miles más han emigrado a sitios menos inhóspitos.
Aún frente a un improbable escenario de una rápida descarbonización, los gases de efecto invernadero que hoy se han acumulado en la atmósfera, ya han vuelto inevitables algunos de los impactos más significativos, al menos hasta el 2040.
Durante la próxima década, el cambio climático empujará a entre 32 y 132 millones de personas más, hacia la pobreza extrema y amenazará la seguridad alimentaria, se incrementará la incidencia de mortalidad relacionada con el calor, los manglares ya no serán capaces de contrarrestar el incremento del nivel del mar y podría producirse una mortandad masiva de árboles.
El reporte revela que aún cumpliendo el objetivo global del Acuerdo de París, que consiste en limitar el calentamiento del planeta a 1.5 grados Celsius, no todos los habitantes del mundo podremos estar seguros. Ese calentamiento, bastará para hacer desaparecer por completo muchos glaciares o hacer que varios otros pierdan la mayor parte de su masa, que 350 millones de personas adicionales experimenten escasez de agua en 2030, y que un 14% de las especies terrestres enfrenten un alto riesgo de extinción.
La inequidad, los conflictos y los desafíos del desarrollo, tales como pobreza, débil gobernanza y acceso limitado e insuficiente a los servicios básicos de salud, no solo agudizan la exposición a las amenazas sino que restringen la capacidad de adaptación de las comunidades ante los cambios del clima. En la década 2010-2020 la mortalidad derivada de sequías y fenómenos meteorológicos extremos, fue 15 veces mayor en países con alta vulnerabilidad, que en los de muy baja.
Está claro que necesitamos declarar la guerra al cambio climático, pero en este combate tenemos que estar todos, ya que el enemigo es grande y cuenta con armas muy poderosas. Es necesario movernos rápidamente de la planeación a la implementación inteligente de soluciones correctamente diseñadas para materializar un futuro sostenible para todos.
Raúl Asís Monforte González
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Mérida, Yucatán a 05 de marzo de 2022
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