Vaya líder de burócratas
Con muy poco para emocionarse, nuestros burócratas celebraron este lunes su día sin el tradicional festejo...
Con muy poco para emocionarse, nuestros burócratas celebraron este lunes su día sin el tradicional festejo masivo, pero con el anuncio de un aumento salarial con sabor agridulce, pues si bien se les autorizó un porcentaje ligeramente mayor al de años pasados, este incremento no será retroactivo ni tampoco impactará en las prestaciones adicionales al salario que muchas veces representan más de la mitad de su ingreso neto.
La semana pasada el Oficial Mayor, Manuel Alamilla Ceballos, anunció con fanfarrias el aumento “histórico” del 5 por ciento autorizado para toda la burocracia estatal, presumiendo que es una cifra que no se había otorgado en los últimos años.
Y aunque técnicamente tiene razón, tampoco es para levantarse el cuello, pues los empleados del gobierno recibieron en 2015 un aumento del 4 por ciento y en 2016 del 4.9 por ciento, en ambos casos con retroactivo al primero de enero, derecho adquirido que fue “trasquilado” en las negociaciones de este año.
Pero la mutilación de esta prestación tradicional que no fue muy grata para los cerca de 10 mil trabajadores de los tres poderes del Gobierno del Estado fue aplaudida y respaldada por sus representantes sindicales, que como de costumbre dieron la espalda a los intereses de sus bases para mantener intactos sus privilegios políticos.
El enquistado dirigente del Sindicato Único de Trabajadores al servicio del Gobierno del Estado (Sutage), Roberto Poot Vázquez; Félix Serrato, líder sindical del Poder Legislativo, y Vita María Canul Canché, representante de los burócratas del Poder Judicial, escoltaron al funcionario durante el anuncio de este “logro” de la burocracia, dando su aval a nombre de los trabajadores.
Como era de esperarse, los dirigentes sindicales recibieron duras críticas de sus representados, sobre todo Roberto Poot, que con triquiñuelas ilegales se ha logrado perpetuar en el liderazgo del sindicato mayoritario.
Y es que Roberto Poot quedó muy mal con su gremio, pues no solo incumplió su promesa de obtener un incremento salarial sustancioso, sino que permitió el recorte de las prestaciones, aprobó la eliminación del retroactivo y enterró los tradicionales festejos realizados este día para reconocer a la base trabajadora.
Eso sí, suena que su docilidad le garantizó su permanencia al frente del sindicato por al menos un par de años más, aunque un amplio sector de agremiados del Sutage está exigiendo su cabeza al “gobierno del cambio”.