La crisis en Venezuela no cae lejos de Quintana Roo. De hecho, pega en casa: miles de familias procedentes del país sudamericano viven ya aquí, pues consideran a México un polo de bienestar y progreso.

Porque en ese contexto que otorgan los números de la economía, el turismo y las obras públicas, Quintana Roo es una opción permanente para cumplir los sueños.

México siempre abre sus puertas. Desde los años 70 del siglo pasado refugia y asila a quienes huyen de crisis, guerrillas, dictaduras o golpes de estado. La historia es conocida. Fue de esa manera, durante años, para cubanos, haitianos, guatemaltecos, beliceños, argentinos, chilenos, colombianos y venezolanos, por mencionar algunos.

Un gran porcentaje escapa de crisis, como la que ocurre por estos días en Caracas y otras ciudades. Por lo mismo, en lo inmediato podría suscitarse una migración importante, no sólo en el Cono Sur (donde han encontrado cobijo), sino también hacia México con su Caribe mexicano de amplias conexiones, rutas, prestigio y fuentes de empleo.

Es necesario advertir que la crisis de Venezuela no surgió el domingo tras las elecciones. Se agudizó, que es distinto. Escaló a una grave tensión diplomática (por aquello de las rupturas con naciones latinoamericanas), pero ya era una crisis política, económica y social.

Lo peor, por desgracia, estaría por venir. Grupos militares que se alzan, protestas callejeras, probables sanciones internacionales y amenazas que brotan de un lado a otro, son un peligroso caldo de cultivo. Conocer la verdad del resultado electoral ha pasado a segundo término con una atmósfera de miedo creciente. Es todo o nada.

¿Responderá el gobierno de Nicolás Maduro? ¿De qué manera? ¿Contra quiénes actuará? ¿Cesarán los disturbios? Son preguntas que se repiten en mesas de análisis, noticieros y reportajes. Claro, el "chavismo" defenderá su versión. La oposición también. Los externos la suya.

Esas y otras tantas preguntas se hacen las familias venezolanas residentes en el estado, que consumen miedo e incertidumbre. Se entiende: lejos de la patria y sin comunicación fluida con los suyos, con un "bombardeo noticioso" que no da buenas nuevas. Es dramatismo puro.

Quintana Roo, con una ubicación geopolítica privilegiada, hogar de cientos de inmigrantes sudamericanos y polo de bienestar como se ha consolidado más recientemente, no es indiferente ni ajeno a lo que pasa en Venezuela.

A permanecer atentos, esperando lo mejor.