Agencias
TOKIO, Japón.- Los rebeldes del Partido Comunista de Filipinas, y su brazo armado, el Nuevo Ejército del Pueblo, suspendieron una tregua temporal con el gobierno, aumentando las preocupaciones sobre el futuro de las conversaciones de paz.

El Partido Comunista de Filipinas (PKP) culpó al gobierno por su acción, pero un portavoz del presidente Benigno Aquino señaló este miércoles que los rebeldes sólo quería una excusa para suspender la tregua.

En un comunicado, el PKP indicó que dieron finalizada la tregua el mediodía de este miércoles (hora local), luego que los rebeldes y el gobierno habían fijado el mes pasado en La Haya, Holanda, un cese al fuego temporal, previsto del 20 de diciembre al 15 de enero, informa Notimex.

"El Nuevo Ejército del Pueblo y las milicias populares inmediatamente debe asumir una postura ofensiva y enfrentar y frustrar las campañas enemigas de la represión", señaló el PKP en el comunicado.

Sin embargo, el portavoz de Aquino, Edwin Lacierda, sostuvo que el gobierno podría observar el alto el fuego hasta el 15 de enero, como había quedado establecido, de acuerdo con un reporte del diario The Inquirer en su edición electrónica.

El gobierno y el PKP acordaron el alto el fuego a mediados de diciembre, cuando sostuvieron su primera negociación de alto nivel tras 13 meses de haberlas interrumpido.

En el sur de Filipinas, donde el PKP tiene mayor presencia, el portavoz militar, el teniente coronel Lyndon Paniza, notificó que los insurgentes ya habían violado el alto el fuego desde el lunes pasado.

Sin embargo, para los rebeldes del PKP fue el ejército filipino la entidad que nunca cesó actividades como se había acordado, por lo cual no tenía ningún sentido seguir observando el cese a las hostilidades.

El PKP se retiró de las conversaciones de paz en noviembre de 2011 después de que el gobierno de Manila rechazó las demandas de los rebeldes de liberar a varios de sus compañeros encarcelados, que ellos consideraban que eran sus asesores en las pláticas.

Los rebeldes maoístas se levantaron en armas desde 1969 y en más de 40 años de conflicto 30 mil personas han muerto, según el gobierno.

El ejército filipino estima que la actual fuerza del Nuevo Ejército del Pueblo es de unos cuatro mil combatientes, cuando en el punto máximo del conflicto a finales de 1980 contaban con más de 26 mil elementos.