Javier Ortiz/SIPSE
BACALAR, Q. Roo.- Los productores de comunidades indígenas en Bacalar pidieron al Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) realizar pruebas de inocuidad a las semillas que se distribuyen en Quintana Roo para descartar que sean transgénicas.

Raymundo Espinoza Hernández, asesor legal de las comunidades afectadas, informó que luego de que el Senasica canceló el permiso a Monsanto para la siembra de 253 mil hectáreas de soya transgénica en un polígono que contemplaba el municipio de Bacalar, no se han practicado pruebas para garantizar semillas libres de transgénicos.

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Indicó que cuentan con elementos para pensar que Monsanto lo distribuye a comercializadores pequeños a través de una red donde el destinatario final son los productores, pero no pueden comprobarlo por falta de recursos para realizar los análisis correspondientes.

Subrayó que dentro de las semillas mejoradas que han recibido del gobierno, han encontrado semillas transgénicas, mientras que hay quienes las adquieren con pequeños proveedores, como sucedió con el caso de los menonitas, que quedó al descubierto hace dos años, cuando llevaron a cabo un estudio de este tipo.

“Ni ellos saben que lo están sembrando, porque se los venden como semilla mejorada, no lo vende Monsanto directamente, sino a través de pequeñas empresas intermediarias y es ahí donde se adquiere”, afirmó.

Subrayó que los apicultores son los más preocupados por esta situación que puede estar sucediendo en la región, porque exportan su producción a Europa a un precio más elevado que la miel convencional, “no es lo mismo vender miel orgánica que con residuos de transgénicos”, señaló.

Afirmó que la apicultura se ha convertido en una fuente importante de ingresos para las comunidades del Estado, además de la agricultura que es de autoconsumo, por lo que instó a las diversas instancias de gobierno a revisar los paquetes que otorgan a los productores como apoyos y las semillas que circulan en una red que proviene de grandes comercializadores y llegan a los pequeños para evitar esta contaminación.